La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA, en inglés) cooperará con Compañía Multinacional Estadounidense Boeing para desarrollar el “Phantom Express”, un avión espacial que alcanzará el borde del espacio, donde pasará cierto tiempo antes de regresar a la Tierra. La vuelta se hará mediante aterrizaje en pista, tras lo cual el aparato podrá prepararse para otro vuelo.
El avión no tripulado, capaz de llevar pequeños satélites, estará equipado con un motor AR-22 Aerojet Rocketdyne, una nueva versión de los que se utilizaban en los transbordadores espaciales. Se alimentará con oxígeno líquido y combustible de hidrógeno líquido.
“El Phantom Express está diseñado para transformar el proceso de lanzamiento de satélites tal como lo conocemos hoy en día y crear una nueva capacidad de lanzamiento espacial que requiera un gasto más reducido”, explicó el miércoles Darryl Davis, director del departamento Phantom Works.
Se espera que en la fase de prueba del programa experimental se lleven a cabo 10 vuelos de demostración durante 10 días. Boeing y DARPA aún no han detallado la fecha del primer vuelo.
El Phantom Express está diseñado para transformar el proceso de lanzamiento de satélites tal como lo conocemos hoy en día y crear una nueva capacidad de lanzamiento espacial que requiera un gasto más reducido”, dice Darryl Davis, el director de la división de Phantom Works.
DARPA, la división experimental de armas y tecnología del Pentágono, ha desarrollado muchos aviones espaciales, entre ellos el misterioso X-37B, para misiones secretas que pueden durar meses o incluso años.
Más allá del hecho de su existencia, el Ejército estadounidense ha guardado silencio sobre las funciones de sus aviones espaciales y sobre el objetivo de sus vuelos orbitales.
En el caso de X-37B, aterrizado en 2014 después de volar dos años en órbita, las principales teorías sugieren que el avión iba equipado con sensores y equipamiento de espionaje, satélites y armas.
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