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martes, 23 de mayo de 2017

INCURSIÓN EN LA AMAZONÍA POR PARTE DE ESTADOS UNIDOS

Los militares norteamericanos y sus vasallos de Brasil, anuncian que para noviembre de este año darán paso a la toma de la Amazonía, perdón, claro que con la fachada de ejercicios militares conjuntos con Perú y el narco-estado colombiano, e invitando a otros países para que entren en esta emboscada. Unos ya lo están haciendo con gusto porque tras siglos de adoctrinamiento sólo les queda el gen del colonizado.

Como han dicho, se trata de una operación a semejanza de la de Hungría en 2015, que como se sabe, los gringos llegaron y se quedaron; y para sacar esa fuente de militarización de su sociedad, violatoria de derechos sociales y humanos les costará bastante, porque están ahí como parte del cerco a su archienemigo ruso.

Así que desplegarán toda la parafernalia militarista, es decir, desfilarán, si los pueblos se lo permiten, cual liberadores de sepa qué, saludando a pobladores y haciendo gala de equipos, entrega de dádivas y muestra de “ayudas”, selfie con nativos y demás, para ganar adhesión o por lo menos indiferencia y miedo colectivo. Hablan de una cantidad pequeña de militares, pero conociéndoles de su larga data de mentiras, penetrarán contingentes y equipos más amplios que lo dicho, pues así lo requiere el escenario de entrenamiento. Lo que es peor, como Hernán Cortés, adoctrinarán a “los locales” para que actúen a su servicio.

Todo ello servirá para desplegar planes mucho más vastos sobre el control del Amazonas, los países del entorno, la amenaza a Venezuela por el sur, y la militarización de Sudamérica desde su centro geográfico. Así que estos estados tienen ya muchas tareas preparativas del ambiente social afín a la presencia militar yanqui y sus armas de punta, donde todo su despliegue se hace tentativo objetivamente, ante lo cual la alta traición del gobierno de Temer va más allá de su nación.

El ejercicio militar es una simulación, una coartada para que el imperialismo norteamericano, las trasnacionales del petróleo y mineras se apoderen en primer lugar del territorio amazónico, que desde hace tiempo vienen señalando que está en malas manos, “de gobiernos crueles y corruptos”, por lo que debe pasar a un control internacional (el de ellos) para su protección. Sin embargo, si el capitalismo interno y externo ha hecho tanto daño a la Amazonía, ¿qué podemos esperar del imperialismo tomando la batuta?, un ecocidio total, lo que para algunas capas sociales gusta dicha suerte para congraciarse con los del norte.

El sueño gringo pretende fundar una sub-nación en peores condiciones que Puerto Rico o Alaska, un protectorado geoestratégico. Un territorio patentable para todo tipo de ensayos, saqueos y explotaciones, desde el robo de saberes ancestrales, la biodiversidad, a los recursos hídricos y mineros. Desde hace tiempo crean la mentalidad en la niñez, juventud y sociedad norteamericana de que la Amazonía es un territorio patrimonio universal que lo rige la ONU y no los países que lo constituyen. Aseverando que lo pueblan “gente iletrada, poco inteligente y primitiva”, dicho lo cual, según su lógica occidental, le correspondería a Estados Unidos poner orden en el asunto.

Con estos antecedentes entra esta ejercitación militar, en pro del control de la migración ilegal, es decir, poner coto a lo que reivindican de su propiedad, y como ello no es posible sin una permanencia, pues se justificará más tropa, más equipo y más acciones en este sentido a modo de que nadie más se asiente en la región, ni siquiera sus pueblos.

Además dicen que operará en prevención del narcotráfico, como que es casi imposible creerlo, pero lo dicen, los adictos quieren proteger el negocio, apoyándose en dos grandes productores de coca, y de ser posible, organizarlo mejor para que rinda grandes frutos y nuevas vías de transporte.

Y aunque en la Amazonía no existe una situación de guerra, ellos pregonan que servirá para llevar la paz, sólo que a estas alturas, donde se para un marine se genera violencia contra los pueblos del mundo.

A su vez nos cuentan que accionarán una asistencia humanitaria en graves eventos, aunque no se sabe en qué “grandes eventos” están pensando, lo cierto es que su presencia es el único grave evento a la vista, hostil contra los pueblos amazónicos y el conjunto de Latinoamérica.

Lo que mueve a risa es su objetivo de combate a los delitos ambientales, en tiempos en que sus trasnacionales asentadas en la región son las que los cometen de la mano de las burguesías nativas; sería de ver cómo estos mercenarios de fe, apresan a sus patrones.

Juegan con fuego, a cambio de respaldos políticos, dolaricos para quienes den su visto bueno, apoyo en recursos financieros que se concederá a los gobiernos que intervengan, como lo ha significado el Plan Colombia, y barajando el canje de deuda por tu naturaleza y territorio (sí, como le hicieron con la anexión de Texas), deudas tantas veces pagadas con intereses que ahora se utilizan para sobornar. Es decir, formalmente por el momento seguirían siendo parte de su territorio, pero en los hechos una administración gringa y asociados europeos sería la encargada del poder real y supremo.

Estados Unidos va a apoderarse de sus incalculables riquezas y emplearla como punto geoestratégico de reabastecimiento y contrainsurgencia, dado el conocimiento de los graves cambios naturales a que se está sometiendo al planeta. En su obra y relato apocalíptico, el control del Amazonas es medular para el imperialismo por la búsqueda de “desarrollo”.

En Tabatinga hay una triple frontera, lo que permite a los gringos pasar por encima de sus socios, a cambio de 30 monedas dispondrán del conjunto amazónico. En los casos de que haya resistencia popular o algo de honor militar local y patriotismo, será considerada hostil y sometida al escarnio de la mediática y las armas, todo lo tienen bien arregladito como siempre.

Se aspira en estas circunstancias al control político-militar de los países y pueblos que están prefigurándose como eje de lucha contra-hegemónica. Saben perfectamente que vienen nuevas resistencias, que los procesos de lucha tienden a su radicalización, aprendiendo de los errores e inconsecuencias.

Una Amazonía “independiente”, “liberada” “anglosajona”, “trasnacional”, con pueblos originarios en “reservaciones”, bajo estricto control militar ya se ilustra en los libros de texto gringos. Es una afrenta y amenaza a sus pueblos, pero la insolencia imperialista no tiene límites, en lugar de preocuparse por salvar lo mucho que les queda, están empeñados en profundizar sus míseras y ambiciosas acciones en el mundo, porque esa es su vena depredadora.

Han lanzado esta acción hostil a nuestros pueblos, en la Amazonía, que es punto de partida para acciones continuas por despojarnos de la Amazonía, el corazón de la madre tierra. Los yanquis juzgando que este es el lado más débil por donde atacar, quieren arrebatar a cada país una porción de su territorio, el mismo Brasil perdería además del Amazonas sus costas del norte y noreste, pero frente a estas tentativas pandorianas encontrarán otras resistencias, porque es la siembra de grandes conflictos que transgreden lo latinoamericano.

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