Así mismo, las armas modernas se guían a través del GPS –entre otros medios, como lo son los radares- y se establece comunicación con ellas muchas veces por medio de los satélites artificiales.
Estando así las cosas, y considerando además que casi todas las armas modernas dependen de una u otra forma de esos satélites, se hace necesario para cualquier ejército que se considere global o semi global, tener accesos a tecnologías que ayuden a la ubicación y destrucción de esos artilugios tecnológicos.
Es por eso que las grandes potencias militares están desarrollando armas anti satélite, como son misiles balísticos, láseres de alta potencia y armas de energía en general.
Pero nadie se ha detenido a pensar que para hacer uso de esas armas, primeramente se debe ubicar la posición exacta de todos los satélites artificiales que orbitan la tierra, para no cometer un error y acabar destruyendo los propios o los de los aliados.
Y esa es exactamente la misión del avión espacial secreto X-37B; es por eso que en su última misión al espacio batió record en órbita, acumulando 675 días. Durante todo ese tiempo estuvo realizando un mapeo detallado de la posición de todos los satélites artificiales.
Recordemos que se conoce la posición de los satélites civiles, mas no así la de los militares, pues esa es información secreta de los países en cuestión, información que por supuesto no darían al enemigo.
Además de ubicar la posición de todos los satélites en órbita, el X-37B también posee un arma laser, arma que en caso de ser necesario se utilizaría para destruir los satélites de los eventuales enemigos. También posee un brazo robótico.
El inutilizar los satélites con armas laser o de algún otro tipo de energía, como rayos gamma, X, o microondas, es preferible a hacerlos añicos con misiles balísticos o proyectiles de algún otro tipo, porque eso resultaría en la fragmentación en miles de partes del satélite en cuestión, lo que pondría en peligro a todos los demás satélites que compartieran órbita con el satélite destruido; en realidad, pondría en peligro a todos, porque los fragmentos se esparcirían en múltiples órbitas, hasta que finalmente cayeran a la tierra atraídos por su gravedad, pero en el proceso pondría en peligro a todos los demás satélites; y eso es lo que se quiere evitar por medio de su destrucción con armas de energía, pues de esa manera serian inhabilitados, pues todos sus circuitos electrónicos serian fundidos, pero el satélite en sí permanecería intacto, por lo que una vez se perdiera el control sobre él, caería a tierra pero en una sola pieza, no en múltiples fragmentos que pusieran en peligro los satélites propios o los de los aliados; también las estaciones espaciales, como la internacional, estarían fuera de peligro.
Ante estos hechos, es que países como Rusia, China y la India están desarrollando sus propias naves espaciales no tripuladas que cumplirían con una función similar a la designada al X-37B.
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