Parece ser que la primera que va a sufrir las consecuencias de esta guerra estúpida de Trump va a ser la empresa de paquetería FEDEX, esto luego de que dicha empresa desviara 4 envíos dirigidos a Huawei hacia los EEUU; esto, por supuesto, no es otra cosa que un caso de espionaje y guerra sucia y estúpida por parte de las autoridades estadounidenses.
Se comprende que dichos paquetes que estaban dirigidos a Huawei se desviaron de su curso original y fueron a parar a las oficinas del pentágono, la CIA, la NSA (La Agencia de Seguridad Nacional) y la Casa blanca, esto con el fin de intentar encontrar información delicada de la empresa china que pudiera ser utilizada en un juicio en su contra.
Además, también se desviaron envíos de suministro de componentes, con lo cual se intentó dañar la producción del gigante chino y así evitar que este se convierta en líder indiscutible del sector de las altas tecnologías y los sistemas de telecomunicación. Por otro lado, esta acción no es más que un intento de espionaje industrial descarado y vil.
Es por esto que el gobierno chino prepara duras medidas contra FEDEX, así como contra otras empresas de origen estadounidense y occidental, pero principalmente estadounidense.
Se puede entender que entre las empresas más afectadas va estar sin duda Apple, cuya principal producción se realiza en china, así como Intel, Qualcomm, Alphabet Inc, etcétera.
También se va a restringir la exportación de minerales de tierras raras hacia EEUU.
Debemos de saber que el principal proveedor de los EEUU de estos materiales es precisamente china, pues contribuye con cerca del 85% de lo que se consume en EEUU. Sin estos productos la industria tecnológica estadounidense quedaría paralizada hasta que surjan nuevos proveedores, pero, por supuesto, con precios bastante más elevados que los que ofrece china; además, se tendrían que crear las minas de donde se extraerán dichos minerales, así como las plantas de procesamiento de dichos materiales, lo que llevaría un periodo de escasez de uno a tres años; lo que a su vez golpearía fuertemente a la economía estadounidense y occidental, dejando a China como líder indiscutible del sector tecnológico durante ese tiempo.
Esto tendría como consecuencia que las grandes empresas occidentales, como Apple, Samsung, Intel, Qualcomm, etcétera, se quedaran sin su principal insumo y, por lo tanto, pararían la producción dejando todo el mercado casi en exclusiva a empresas chinas.
Dicen algunos que este no sería un grave problema para EEUU y sus aliados, pero la realidad es que sí lo es por lo anteriormente expuesto, pues tardarían de uno a tres años en lograr recuperarse de dicho golpe; mientras tanto, las empresas chinas aprovecharían el momento para desplazar a sus competidores estadounidenses del mercado global.
Esto ha asustado tanto a las autoridades gringas, que han intentado amenazar a China amagándolo con una guerra militar utilizando a Taiwán como pretexto, esto con el objetivo de impedir que china cumpla su amenaza pero los chinos no se dejan amedrentar y ya lanzaron el ultimátum a EEUU.
Además, con sus acciones Trump ha logrado despertar al dragón chino, y lo que harán los chinos será desarrollar su propia tecnología y componentes necesarios para suministrar a su industria afectada por las sanciones estadounidenses; esto a la larga lo que traerá es un impresionante avance científico y tecnológico de la industria china lo que les llevará a independizarse completamente de occidente y a dominar el mercado global de las altas tecnologías. Después los estadounidenses serán los que supliquen que china les preste su tecnología para poder competir en el complicado mercado del mañana.
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