El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha advertido este jueves que si EE.UU. recurre a la fuerza contra Irán sería ‘un desastre’.
“EE.UU. dice que no descarta usar la fuerza (…) esto sería un desastre para la región”, ha dicho el mandatario ruso en declaraciones formuladas en el marco de la ‘Línea directa’ con los ciudadanos.
Una acción bélica norteamericana contra el país persa solo contribuiría a una explosión de violencia en la zona y los iniciadores de una acción como esa deben tener en cuenta las consecuencias negativas, difíciles de prever, ha estimado Putin.
“Una posible agresión llevaría a una escalada de violencia y tal vez a un aumento de los refugiados”, ha asegurado, para luego, añadir que las consecuencias de la intervención serían “difíciles de calcular”.
Estas declaraciones se producen en medio de la escalada de tensiones entre Irán y EE.UU. a causa de la campaña de presiones y el envío de las fuerzas militares y drones a Oriente Medio para recolectar información de espionaje.
Teherán considera la retórica belicista de Washington en la región de una mera guerra psicológica”, no obstante, hace hincapié en que el país está listo para dar una “respuesta contundente en un tiempo récord” a cualquier agresión militar exterior.
EE.UU. dice que no descarta usar la fuerza (…) esto sería un desastre para la región (de Oriente Medio)”, dice el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
En este sentido, el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, ha rechazado la posibilidad de que se desate una guerra entre la República Islámica y EE.UU., si bien enfatiza que la respuesta del pueblo persa ante las presiones estadounidenses es la resistencia.
Al condenar las sanciones antiraníes de EE.UU., Putin ha aprovechado también para defender que Irán ha cumplido plenamente los compromisos del acuerdo nuclear suscrito en 2015.
La Casa Blanca reimpuso los embargos a Irán tras abandonar en mayo de 2018 el acuerdo nuclear suscrito en 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 (entonces integrado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania). Desde entonces, ha aplicado una política de “máxima presión” contra Irán, amenazando con castigar a otros Estados si continuaban comerciando con el país persa.
Aunque las sanciones eximen oficialmente los bienes humanitarios, por ejemplo, los alimentos y los medicamentos, en realidad, también se están viendo afectados. De una forma u otra, EE.UU. está obstruyendo el acceso de Irán a los servicios médicos y sanitarios, de ahí que tanto Teherán como muchos expertos hablen de crímenes de lesa humanidad y de violaciones de los derechos humanos de los ciudadanos iraníes.
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