El primer artículo que publiqué era precisamente sobre el tema, en tiempos cuando nadie hablaba del colapso del Dólar y del camino para lograr dicho objetivo, entonces, hablé de la futura alianza ruso-china y su papel fundamental para hacer realidad este sueño.
También comencé a hablar de una eventual alianza ruso-china-México para conseguir objetivos similares, en este caso, para que México pudiera sacudirse la bota estadounidense y así lograr un desarrollo libre y sustentable.
Siempre dije que ese era el camino de México para poder conseguir librarse de la influencia estadounidense, para de esa manera lograr un desarrollo económico y tecnológico libre de las ataduras que se impusieron a México luego de la firma de los tratados de Bucareli.
En algún vídeo anterior hablé de como Andrés Manuel obrador ha terminado con esos tratados.
Siempre ha sido más que evidente que los gringos nos imponían restricciones a nuestro libre desarrollo, pues no querían un competidor fuerte al sur de su frontera; además, México siempre ha tenido fricciones con sus vecinos del norte a raíz de la vejación de que hemos sido objeto por siglos por parte de ellos.
Pero se entiende que México jamás se sacudió el yugo estadounidense por motivo de que siempre hemos tenido gobiernos servíles y vendidos a los intereses extranjeros.
Pero ahora, con el arribo de Andrés Manuel López obrador a la presidencia de México, esa situación puede tomar un giro radical.
También se da la circunstancia que en la casa blanca gobierna un tipo de lo más testarudo y pedante que con sus aptitudes está alejando a todos sus aliados, socios y lacayos con los que conto durante décadas.
De esta manera, tenemos que Donald Trump se ha dedicado a amenazar, castigar y a sancionar a sus socios más cercanos, entre ellos México.
De esta forma, ha amenazado a los mexicanos con imponer aranceles del 25% a sus productos, anulando completamente con ello el tratado de libre comercio de Norteamérica, tratado que aun está por ratificarse en el senado de los países miembros.
Trump logró que el gobierno mexicano se comprometiera a frenar la inmigración ilegal de centroamericanos a EEUU. También habla de un acuerdo secreto, acuerdo que se supone es el llamado tercer país seguro; esto es, que México se compromete a hacerse cargo de todos los inmigrantes y que este país se convierta en su residencia temporal en lo que se resuelve su solicitud de asilo político en EEUU; pero se entiende que esa aprobación nunca llegará y México se encontrará en la situación de que tendrá que recibir de manera permanente a millones de inmigrantes centroamericanos, con todas las consecuencias nefastas que ello tendrá para la sociedad mexicana. En un artículo anterior ya lo expliqué a detalle.
Además, en EEUU se dice que la amenaza de los aranceles está aún pendiente, y que si México no cumple el mencionado acuerdo, se aplicaran de manera irremediable. Se le han dado 45 días a México para cumplir con dichos compromisos.
Pero estando en esta situación, ha comenzado a suceder lo que dije que pasaría en esos años en que comencé a publicar artículos.
De esta manera tenemos que México se apresta a firmar importantísimos acuerdos con China y Rusia, acuerdos de carácter económico, comercial y, sobre todo, geopolítico.
Así es, México está acordando reuniones de alto nivel entre los presidentes de esos tres países, que se entiende tienen el objetivo de alcanzar acuerdos históricos que ayuden a México a sacudirse el yugo estadounidense para así lograr un desarrollo libre y sustentable.
Estos acuerdos están enmarcados dentro del proyecto chino de la nueva ruta de la seda, que no es otra cosa que un proyecto de desarrollo económico mundial pero cuyos líderes serán precisamente china y Rusia.
Pero con lo económico viene lo político y, por supuesto, lo militar.
De esta manera Rusia se apresta a firmar acuerdos con México para desarrollo conjunto de sistemas de armas y sistema civiles; esto es, Rusia está por firmar con México acuerdos para el desarrollo conjunto de aviones caza, aviones civiles, helicópteros, automóviles, barcos, y de cooperación en el ámbito científico y tecnológico, así como en el tema agroalimentario.
En este sentido, recordemos que México ha amenazado a EEUU con detener todas las importaciones de maíz de aquel país si se imponen los aranceles de los que habló Donald Trump, razón por la cual los gringos aceptaron el acuerdo que les ofreció México, pero que se entiende que solo han otorgado una prorroga y la amenaza de los aranceles sigue latente.
Es en este escenario que tiene un significado fundamental y trascendental que México alcance un acuerdo con Rusia, para así tener asegurado el suministro de maíz, entre otros productos agrícolas. Recordemos que Rusia se ha convertido en el granero del mundo y, además, libre de transgénicos.
Pero la cooperación industrial y tecnológica no tiene menos importancia. Recordemos que desde el sexenio pasado se le ofreció a México crear centros de mantenimiento para los helicópteros Kamov de origen ruso, así como plantas ensambladoras y centros de desarrollo tecnológico, pero entonces el presidente mexicano, Enrique peña nieto, rechazó la oferta y entonces los rusos se fueron a Perú, pero ahora con el arribo de AMLO a la presidencia de México esos acuerdos se pueden hacer realidad, y seguramente así será.
Los rusos solo abrieron un centro de mantenimiento en Perú, pero lo demás que ofrecieron a México no se ha realizado todavía, así que, finalmente se puede hacer realidad y México se convertirá en un nodo estratégico global para la industria aeroespacial rusa.
Tampoco olvidemos que también se ofreció a México la fabricación conjunta del nuevo caza de generación cuatro plus ruso, es decir, del Mig-35. Ahora esos temas se volverán a poner sobre la mesa y con toda probabilidad se llegará a un acuerdo.
También Rusia había ofrecido cooperar con la agencia espacial mexicana, aportando conocimiento y experiencia. No olvidemos que México tiene el proyecto de enviar una sonda espacial a Marte, así como a la Luna, pero para eso, se están realizando los estudios de donde se establecerá la rampa de lanzamiento, así como el diseño de los cohetes portadores, pero Rusia podría contribuir de forma significativa para concluir de manera exitosa esos planes.
No olvidemos que desde el sexenio pasado se viene impulsando fuertemente a la industria militar mexicana, y ya México tiene experiencia en el desarrollo de misiles y sistemas de control aéreo, es decir, de radares y sistemas de guía de armas.
Todo ese esfuerzo ahora puede recibir un fuerte impulso gracias a la ayuda rusa.
En tanto China, China desde hace años ha querido entrar fuertemente al mercado mexicano, pero no de manera depredadora, no, en realidad ellos quieren cooperar con México a desarrollar el comercio bilateral, así como a contribuir al desarrollo científico y tecnológico de México.
Los chinos ya habían ganado importantes licitaciones para crear infraestructura en México, pero gracias a la presión estadounidense esos acuerdos se rompieron y México se alejó de china, pero ahora con AMLO esos acuerdos volverán a ponerse sobre la mesa.
China había ganado la licitación para construir el tren suburbano, así como la construcción de un tren rápido que correría de Guadalajara hasta la ciudad de México; también había logrado obtener los permisos para crear un enorme polo de desarrollo en la península de Yucatán, empezando por un centro de negocios que se llamaría Dragón Mart, pero todo eso se impidió en su momento, pero ahora se volverán a reunir los presidentes de México y china para reimpulsar las relaciones económicas entre ambos países.
Mientras tanto, el director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, declaró en entrevista para la Agencia Xinhua que México "estaría deseoso de participar" en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que es como oficialmente se le conoce al gran proyecto chino. Según el funcionario mexicano, el objetivo de integrarse es "crear infraestructura turística, generar conectividad, accesos, aeropuertos". La declaración es relevante sobre todo porque se trata del director del organismo que tiene como encargo, entre otras cosas, la licitación de la construcción del polémico Tren Maya, un ferrocarril con fines originalmente turísticos que está entre las cinco grandes obras de infraestructura del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Por otro lado, no solo es que México este deseoso de integrar la nueva ruta de la seda, en realidad el gobierno chino ha estado en pláticas con el gobierno mexicano para ver cómo se puede lograr ese objetivo, y así lo han declarado las autoridades mexicanas y chinas. Pero a raíz de las amenazas de Trump, esas reuniones se han acelerado y México está negociando importantísimos acuerdos con china y Rusia, acuerdos que se sellarán una vez los tres presidentes se reúnan en el G20 o de manera separada en visitas a sus respectivos países.
China también está deseosa de integrar a México en su mega proyecto conocido como la nueva ruta de la seda, pues México es un importante actor a nivel regional y, además, hace frontera con la segunda economía del mundo, pero también tiene acuerdos de libre comercio firmados con EEUU y con muchos otros países alrededor del planeta, lo que facilitaría mucho a los chinos el poder exportar sus productos al fabricarlos en México.
Y para demostrar que México va en serio con china y Rusia, México ha comenzado pruebas para crear la red 5G utilizando tecnología de Huawei. Asimismo, ha otorgado las patentes y los permisos correspondientes a la firma china para que esta introduzca de manera oficial su nuevo sistema operativo, que de momento tiene el nombre de HongMeng, pero que muy probablemente se conocerá de manera global como Ark OS.
Ya les comenté que este nuevo sistema operativo será mucho más potente que Android al considerar las tecnologías 5G y al estar dirigido al internet de las cosas, es decir, será compatible con casi cualquier sistema autónomo, como lo serían los automóviles que se manejan solos, o las computadoras inteligentes, o los asistentes virtuales, así como con los sistemas hogareños, como Computadoras personales.
De esta manera surge en el horizonte una potente nueva alianza geoestratégica, que será la alianza que integrarán México, China y Rusia.
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