Trump decide así revertir una decisión por la que prohibía a estas compañías entablar relaciones comerciales bajo la sospecha de que Huawei, principalmente conocida por sus teléfonos móviles, podría suponer una amenaza para la seguridad nacional.
"Enviaremos y venderemos a Huawei una tremenda cantidad de productos que emplean en las cosas que hacen. Y dije que 'perfecto'. Seguiremos vendiéndoles estos productos", ha aseverado.
Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe a las empresas estadounidenses de telecomunicaciones utilizar dispositivos elaborados por compañías que puedan suponer "un riesgo para la seguridad nacional", lo que abría la puerta a una posible prohibición con el gigante asiático Huawei.
El presidente, sin embargo, no ha hablado sobre la situación de la jefa financiera Meng Wanzhou, arrestada en Canadá a petición de la autoridades norteamericanas y sobre la que se ha especulado que Trump podría anular la orden de detención.
El decreto inicial sobre Huawei invoca la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, que da al presidente la autoridad de regular el comercio en respuesta a una emergencia nacional que amenace a Estados Unidos. La medida ordena al Departamento de Comercio, que trabaja con otras agencias del gobierno, a presentar un plan de aplicación dentro de 150 días.
En un comunicado difundido por la Casa Blanca, el mandatario estadounidense justificaba su decisión en los ataques recibidos por "adversarios extranjeros"que tratan de "explotar debilidades en los sistemas de información y comunicación" de su país.
En este sentido, Trump explicó que esta amenaza existe por el uso personal de dispositivos o servicios ofrecidos por aquellas empresas (como sería el caso de Huawei) que tratan de llevar a cabo un espionaje centrado en la economía y la industria de los Estados Unidos.
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