EE.UU. reconoce el poderío militar de Ansarolá después de que este movimiento popular yemení derribara el pasado 6 de julio un dron estadounidense.
“Un General Atomics MQ-9 Reaper estadounidense fue derribado en Yemen con lo que parece ser un misil tierra-aire, el 6 de junio de 2019. La altitud a la que se produjo el impacto indica una mejoría de la capacidad militar de (Ansarolá)”, ha admitido este domingo en un comunicado el teniente coronel Earl Brown, portavoz del Mando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (Centcom).
El responsable del Centcom, —designado terrorista por el Parlamento iraní—, además ha alegado que el avance militar de los combatientes yemeníes se debe a los apoyos de Irán.
La Fuerza Aérea yemení derribó el dron estadounidense en las costas occidentales del país cuando el avión no tripulado estaba realizando operaciones de reconocimientos para apoyar la agresión saudí contra Yemen.
Un General Atomics MQ-9 Reaper estadounidense fue derribado en Yemen con lo que parece ser un misil tierra-aire, el 6 de junio de 2019. La altitud a la que se produjo el impacto indica una mejoría de la capacidad militar de (Ansarolá)”, ha admitido en un comunicado el teniente coronel Earl Brown, portavoz del Mando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (Centcom).
En este contexto, el portavoz de Ansarolá, Muhamed Abdelsalam, ha denunciado que la participación de Estados Unidos en los bombardeos contra Yemen demuestra que la llamada coalición saudí “sigue una agenda estadounidense-sionista”.
Asimismo, ha asegurado que, desde el comienzo de la guerra en Yemen, Estados Unidos está implicado en diversos crímenes de guerra contra el pueblo yemení mediante los apoyos que ofrece a Arabia Saudí y sus aliados.
Desde marzo de 2015, el régimen saudí y sus aliados, incluidos EE.UU., el Reino Unido y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), cometen crímenes de guerra a diario en Yemen con todo tipo de armas, con el objetivo de restaurar en el poder al fugitivo expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi.
Los ataques saudíes, en muchas ocasiones perpetrados con aeronaves y bombas fabricadas en Estados Unidos, han dejado más de 60 000 yemeníes muertos, de acuerdo con el proyecto Datos sobre Localización y Acontecimientos de Conflictos Armados (Acled, por sus siglas en inglés).
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