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viernes, 2 de agosto de 2019

¿Chatarra u obra maestra? Turquía se despide del F-35 y crea su propio caza de nueva generación



Turquía se quedó sin los cazas de quinta generación F-35. Estados Unidos, el principal desarrollador del proyecto, canceló a mediados de julio la participación otomana a causa de la compra de los sistemas antiaéreos rusos S-400. Pero Ankara tiene un as bajo la manga: desde hace varios años baraja crear su propio caza del futuro.

El nombre del novedoso avión turco es TAI TF-X, que está siendo desarrollado por la empresa Turkish Aerospace. Inicialmente estaba previsto que el nuevo caza sustituyera a la flota de los F-16 turcos y que operara del lado de los F-35, conocido por sus numerosas imperfecciones y su sobrecoste.

Según el sitio web oficial, gracias a este programa Turquía se convertirá en uno de los pocos países que posee las tecnologías, la infraestructura y las capacidades de producción necesarias para crear un caza de quinta generación.

Ankara ya presentó en junio pasado la maqueta de su futura aeronave militar en el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París-Le Bourget.

Está previsto que el TF-X realice su primer vuelo en 2025 y entre en servicio, de acuerdo con distintos informes, entre 2028 y 2031. La flota de los TF-X podría estar operativa hasta la década del 2070.

​Sputnik contactó en varias ocasiones con el servicio de prensa de Turkish Aerospace Industries (TAI) para solicitar información pormenorizada sobre el proyecto. Sin embargo, aunque confirmaron la recepción de las preguntas, la compañía no envió las repuestas a esta agencia.

A pesar de que la empresa no brindó detalles más específicos del proyecto, las características del futuro caza están disponibles tanto en el sitio web de Turkish Aerospace como en otras fuentes abiertas.

¿Qué especificaciones tendrá el TF-X?

De acuerdo con los datos oficiales, este avión monoplaza será bimotor: cada uno de sus propulsores gozará de un empuje de 27.000 libras —poco más de 12 toneladas—.

Será apto para alcanzar una velocidad máxima de Mach 1,8 —es decir, 2.223 km/h— y volar a una altura máxima —techo de servicio— de casi 17 kilómetros. El alcance será de 1.100 kilómetros, suficiente para un país de un tamaño como Turquía. La propia aeronave medirá 21 metros de largo, seis de alto y tendrá una envergadura de 14 metros.




TAI TF-X, concepto de un caza turco de nueva generación

Diseñado para ser un caza de superioridad aérea, el TAI TF-X contará con tecnología furtiva y equipamiento de vanguardia. Gozará en concreto de aviónica y sensores modernos y de la capacidad de librar la guerra electrónica.

El avión podrá utilizar su radar electrónico avanzado AESA, equipos de identificación y un sistema de puntería electroóptico, así como dispondrá de una cabina moderna. Dentro de la cabina habrá una interfaz de comando de voz. La aeronave tendrá enlaces de datos que posibilitarán manejar dos drones militares Anka, también fabricados por Turkish Aerospace.

La información sobre las armas con las que estará equipado el futuro caza es escasa, pero, durante la presentación en el Salón de la Aeronáutica de París, el director ejecutivo de TAI, Temel Kotil, señaló que el TF-X estará armado con el misil Meteor, del tipo BVR —proyectil aire-aire capaz de funcionar con alcances superiores a 37 km—.

Durante el Salón de la Aeronáutica de París, el misil Meteor fue exhibido del lado del modelo a escala del futuro avión militar junto a otras armas, como el proyectil aire-tierra Spear y un misil avanzado aire-aire de corto alcance. Allí también estaban a disposición del público algunas armas de producción turca. Precisamente estos modelos formarán parte de la munición del TF-X.

¿Con quién coopera Turquía en la creación del TF-X?

Turquía confía en sí misma en la creación del caza de nueva generación, pero al mismo tiempo se muestra abierta a la cooperación con otros países. El socio principal de Ankara en el desarrollo es la británica BAE Systems.

En enero del 2017, la entonces primera ministra británica, Theresa May, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, firmaron un contrato que supone que la compañía británica ayudará a Turkish Aerospace en el desarrollo del proyecto TF-X. También hay informes que apuntan a que la francesa Dassault Systemes tomará parte en el programa.

La lista de las empresas extranjeras interesadas en el proyecto es larga, e incluye a Rolls-Royce, Eurojet, General Electric y otras. Todas estas compañías han ofrecido su participación en la evolución del motor en diferentes etapas de desarrollo del aparato aéreo.

Actualmente, Turquía baraja crear su propio motor sin ayuda foránea, pero todavía no se sabe cuánto tiempo va a tardar. Normalmente, incluso los países que disponen de un rico legado en la creación de aeronaves tardan al menos 20 años en empezar a producir un nuevo motor. A día de hoy no está claro que Ankara consiga elaborar uno.

La parte turca espera que su futuro caza atraiga la atención de los clientes de otros países. El TF-X tiene seguramente un gran potencial de exportaciones. La pregunta es si el caza otomano va a tener un precio asequible y si podrá competir con los aviones militares de otros fabricantes.

¿Para qué crea Turquía un avión militar tan poderoso?

Otra pregunta es para qué necesita Turquía un caza de superioridad aérea, dado que es uno de los principales miembros de la Alianza Atlántica. Si bien últimamente las relaciones entre la parte turca y el bloque se han hecho más tirantes, en gran medida a causa de la compra de los S-400 rusos, el país sigue siendo por ahora el escudo de la OTAN en Oriente Medio.

El rechazo a la entrega de los F-35 hizo que Turquía se plantease que un día podía quedarse sola, sin apoyo de la alianza. Ahí es cuando emergió el proyecto del caza, vital para la seguridad del Estado.

Además, ya es tendencia que los países que disponen de las tecnologías necesarias empiecen a desarrollar sus propios aviones de combate de nueva generación.

Uno de los casos más emblemáticos es el desarrollo del caza de sexta generación FCAS por parte de las empresas europeas Airbus y Dassault Aviation. Otro ejemplo sería el prototipo del caza de sexta generación Tempest para la Real Fuerza Aérea de Reino Unido, concebido por la británica BAE Systems en cooperación con Rolls-Royce, la italiana Leonardo y la europea MBDA.

Si por alguna razón el desarrollo de TAI TF-X se queda estancado y no logra avanzar, Turquía afrontará varias alternativas. Si Ankara decide adquirir un caza de otro país, una de las posibilidades sería el ruso de quinta generación Su-57.



En el pasado, Turquía consideró entrar a formar parte del programa KF-X, desarrollado por la coreana Korean Aerospace Industries (KAI). Corea del Sur iba a tener el 60% en el proyecto, mientras Turquía e Indonesia compartirían el resto, el 20% cada uno. Las negociaciones, sin embargo, fracasaron y ahora Seúl desarrolla el proyecto solo en cooperación con Yakarta.

Las aspiraciones turcas de crear un caza de nueva generación y el modelo a escala presentado por Turkish Aerospace en el Salón de París de verdad impresionan.

Por ahora, el TAI TF-X se encuentra en la fase en la que no está claro si el proyecto cobrará vida. Solo el tiempo lo dirá.

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