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sábado, 2 de mayo de 2020

Сómo los cazas MiG-25 salvaron Argelia de un ataque aéreo israelí



En 1988 la Organización para la Liberación de Palestina (O-L-P) tomó la decisión de celebrar en Argelia un importante congreso durante el que marcaría las pautas para crear el Estado palestino que planeaba establecer desde hacía tiempo. Sin embargo, distintas fuentes advirtieron de que Israel podría atacar aquella reunión.

Una decisión razonable frente a una amenaza

Por ello, el ente optó por elegir Argelia como sede de la futura cumbre. En este caso la Fuerza Aérea israelí tendría que enfrentarse a uno de los Estados árabes más capacitados desde el punto de vista militar, uno de los mejor armados y entrenados.

Además, se vería obligado a enviar sus aeronaves más lejos que nunca de sus aeródromos, escribe la revista Military Watch.

"Inicialmente la O-L-P buscaba celebrar el congreso en Bagdad", destacó un militar tunecino, agregando que posteriormente el ente cambió de plan debido a la guerra que Irak libraba con Irán. El norte de África fue considerado como el área más segura para celebrar la reunión. 
 
¿Cómo defendió Argelia la reunión de la O-L-P?

El congreso de la O-L-P se celebró en el hotel Club des Pins, a unos 20 km de la capital Argel. Como una de las medidas de seguridad los militares argelinos establecieron una zona de exclusión aérea alrededor de este local. La integridad en la zona fue garantizada por los sistemas de defensa aérea móviles KuK 2K12, predecesores de los BuK-M2 y BuK-M3.

Dos cazas MiG-21 patrullaron constantemente el sitio a una altitud baja y dos interceptores MiG-25 lo hicieron a una altitud más alta. Otros MiG-25 de refuerzo se mantuvieron en alerta en sus bases aéreas.

En aquel entonces el MiG-25 soviético que la URSS había exportado a unos pocos países, siendo Argelia el primero en recibir estas aeronaves, era el avión más rápido del mundo. En otros aspectos también era un adversario temible para la Fuerza Aérea israelí.

Esta contaba con los cazas insignia de EEUU, los F-15 Eagle, que eran más ligeros que los MiG-25 pero más lentos, volaban más bajo, sus misiles tenían un alcance menor y una carga explosiva considerablemente más pequeña.

De hecho, los R-40 del MiG-25 portaban una carga útil que superaba en más de cinco veces la del AIM-7 Sparrow instalado a bordo del F-15. Esta característica se lo pondría difícil a los cazas israelíes para evadir los misiles soviéticos de la clase aire-aire, a pesar de que los F-15 contaban con una mejor maniobrabilidad, una tasa de ascenso más alta y un conjunto de sensores más potentes.
 
¿Cómo fracasó el plan israelí?

El 10 de noviembre de 1988, los sistemas de defensa de Argelia detectaron un grupo de F-15 acercándose a su espacio aéreo a una altitud media. A su vez, las Fuerzas Aéreas del país árabe desplegaron varios MiG-25 adicionales para reforzar a los que ya estaban patrullando los cielos argelinos. En vez de interceptar a los huéspedes tan esperados, las aeronaves argelinas formaron una frente a una altitud más alta, de la cual se podían aprovechar lanzando ataques con misiles.

Los F-15 israelíes, que probablemente hubiesen detectado la presencia de un número considerable de MiG-25 y radares múltiples, cambiaron de rumbo y regresaron a su base. Las aeronaves del país hebreo que participaron en aquella misión se vieron obligadas a llevar al límite sus capacidades, ya que operaban muy lejos de su base.

En particular, tendrían que haber portado tanques externos voluminosos y con combustible, lo que habría limitado su maniobrabilidad y la carga útil de sus misiles. De esta manera las águilas, tal y como llaman a los F-15, estuvieron en malas condiciones para enfrentarse a una flota fuertemente armada de aviones argelinos mucho más rápidos, concluye el medio.

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