Accidente nuclear de Fukushima-1
En 2011, se produjo un terremoto extremadamente fuerte de magnitud 9 en la escala de Richter frente a las costas de Japón. Minutos más tarde, un tsunami golpeó la infraestructura costera, incluidas las centrales nucleares Fukushima-1 y Fukushima-2.
El tsunami dañó el sistema de enfriamiento de los reactores y estanques donde se almacena el combustible nuclear gastado. Tres unidades de Fukushima-1 entraron en estado de emergencia. Comenzó el fuego, seguido de la liberación de elementos radiactivos. La zona del desastre en un radio de 20 kilómetros fue acordonada, más de 150.000 personas fueron desplazadas.
Para enfriar los reactores de emergencia y el combustible, se necesitaba agua que se bombeaba desde el océano Pacífico. Tras ello, el agua se limpió de radionúclidos y se almacenó en tanques sellados. Las centrales nucleares continúan recolectando agua subterránea y de lluvia que se filtra de las áreas activas.
Localización de la central nuclear de Fukushima
A pesar del sistema de purificación de varias etapas, los isótopos radiactivos permanecen en el agua, entre los cuales el tritio, el carbono-14, el potasio-40, el estroncio-90, el yodo-129, así como los isótopos de cesio y plutonio son los más preocupantes. Miles de cisternas se almacenan en el territorio de la central nuclear, es decir, 1,34 millones toneladas de residuos.
Ahora es imposible acumularlos más y es necesario eliminarlos. No se trata solo de la falta de espacio, sino también el hecho de que la central se está preparando para una larga y costosa etapa de liquidación.
El OIEA aprueba el plan
Ahora es imposible acumularlos más y es necesario eliminarlos. No se trata solo de la falta de espacio, sino también el hecho de que la central se está preparando para una larga y costosa etapa de liquidación.
El OIEA aprueba el plan
Ya en 2013, la compañía operadora de Fukushima-1, TEPCO, comenzó a discutir los planes para drenar el agua de tritio en el océano Pacífico y se encontró con una fuerte oposición de la comunidad científica, ecologistas y políticos de países vecinos como: China, Corea del Sur y Rusia. Japón tardó más de una década en convencer a los protagonistas clave de la seguridad de la solución.
En 2021, el Gobierno japonés aprobó un plan para eliminar los desechos de Fukushima-1, lo que motivó la decisión de que dentro de un año no habrá lugar para poner nuevos tanques de agua de tritio. Sin embargo, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) no quedó impresionado y la zona de almacenamiento fue ampliada. Estaba claro que no sería posible retrasar indefinidamente la decisión, entre otras cosas, debido a la posibilidad de un desastre natural o tecnológico. Drenar en el océano habría sido lo más seguro.
A principios de julio, los expertos del OIEA publicaron un informe final, donde aprobaron el plan para descargar agua de tritio al océano. Se informó que la primera etapa llegaría en agosto.
El 22 de agosto, TEPCO procedió a diluir los residuos de los tanques con agua de mar con el fin de prepararlo para el drenaje. Después de este procedimiento, la concentración de tritio debe caer en 40 veces. La descarga comenzó en dos días. Durante todo este tiempo, los representantes del OIEA se encuentran en el territorio de la central nuclear.
Etapas de liberación de agua en Fukushima-1
En el contexto de estos eventos, se llevaron a cabo protestas en Japón. Por su parte, China dijo que Tokio considera el océano como su "alcantarillado privado" y agregó que tomaría medidas para proteger el ecosistema marino, los alimentos y la salud pública.
Hong Kong se comprometió a limitar la importación de algunos alimentos de Japón. Mientras que China y Corea del Sur lo hicieron aún antes al prohibir las importaciones de los alrededores de Fukushima. Sin embargo, Corea del Sur finalmente reconoció que el plan para verter agua de tritio en el océano era satisfactorio.
Cómo se limpia el agua contaminada
En Fukushima-1 se utiliza un sistema de purificación de agua radiactiva de varias etapas. Primero llega a la planta de Kurion, luego a SARRY, donde se extraen los isótopos de cesio y estroncio con filtros de zeolita. Las plantas de desalinización funcionan de manera similar. El agua purificada se reintroduce para enfriar reactores y SNF, y los desechos saturados con sales radiactivas ingresan al sistema avanzado de procesamiento de líquidos (ALPS, por sus siglas en inglés).
En el ALPS también se instalaron filtros sólidos que atrapan más de 60 radioisótopos peligrosos. Sin embargo, el isótopo de hidrógeno tritio y carbono-14 permanecen, ya que son muy difíciles de extraer. Asimismo, están presentes en concentraciones insignificantes isótopos radiactivos de estroncio, cesio y plutonio.
La radiación beta de tritio es retenida por la capa superior de la piel humana y, por lo tanto, es menos peligrosa que la radiación ionizante. La vida media de este isótopo es de 12,3 años. En el mar, agua potable y la nieve está presente el tritio de origen natural, así como el tecnológico, de los reactores nucleares. Una vez en el cuerpo, se excreta en unos pocos días. Hay evidencia de lo que puede acumularse en los tejidos y las células, pero para esto es necesario consumir una solución altamente concentrada. En general, el tritio se considera mucho más seguro que, por ejemplo, los isótopos de cesio.
Qué opinan los expertos
El drenaje controlado de agua purificada de centrales nucleares en mares, ríos y lagos es una práctica común. Se utiliza en el Reino Unido, Estados Unidos, China y Corea del Sur. En Francia, en la provincia de La Hague, donde se encuentra la planta de procesamiento de combustible nuclear gastado, cada año se vierten 10.000 terabecquereles de tritio en el Canal de la Mancha.
"Estas son dosis muy pequeñas de radiación y no hay evidencia de ningún impacto significativo en el medio ambiente. En Fukushima se planea lanzar 22 terabecquerel al año, que es 450 veces más bajo que en La Hague, y 50 veces que en Sellafield, complejo nuclear en el Reino Unido", explica Jim Smith, profesor de ecología de la Universidad de Portsmouth.
Según el científico, no se ha demostrado que el vertido represente un riesgo significativo para el ecosistema del océano Pacífico. El agua de tritio puede dañar el ADN si se consume en grandes cantidades, pero no está comprobado que se acumule en las cadenas alimentarias. "La concentración de agua de tritio en los desechos es de 1.500 becquereles por litro, aproximadamente 7 veces más baja que el límite recomendado por la OMS", precisa Smith.
El profesor cita el ejemplo de Chernóbil, donde realizó estudios ambientales después del accidente, incluido un estanque de enfriamiento infectado miles de veces más fuerte que el mar frente a las costas de Fukushima. Según el científico, el ecosistema acuático en Chernóbil está prosperando, con solo un impacto muy pequeño en los organismos, a pesar de los altos niveles de radiación.
Tony Hooker, director del Centro de investigación de radiación, educación e innovación de la Universidad de Adelaida en Australia, llama la atención sobre el hecho de que la descarga de agua de tritio en el océano es un método controvertido. El experto confirmó que no hay evidencia de que esto dañe el medio ambiente y la salud humana, pero manifiesta que usar los océanos, que ya están sufriendo una gran contaminación, como un vertedero, es una decisión cuestionable.
"La dilución no resuelve el problema de la contaminación. Simultáneamente con la eliminación de residuos por drenaje, se deben buscar otros métodos. Una de las opciones posibles es mezclar el agua de tritio en el hormigón, sin embargo, esto es todavía en teoría", indica Hooker.
Hideyuki Ban, representante de la organización no gubernamental Centro civil de información nuclear, señala que el OIEA no ha evaluado los riesgos a largo plazo de ese vertimiento. Según el especialista, la justificación científica de la seguridad es insuficiente.
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