Según The Wall Street Journal, "los estrategas militares y los responsables políticos de todo Occidente ya están empezando a pensar en la ofensiva de primavera" boreal en 2024 mientras se preparan para un conflicto prolongado. Tras analizar las publicaciones, el think tank Quincy Institute for Responsible Statecraft planteó la cuestión de si la Casa Blanca va a desencadenar una nueva "guerra eterna" en Ucrania.
"No creo que EEUU y la OTAN tengan suficientes armas y municiones para ayudar a Ucrania a luchar contra Rusia hasta la próxima primavera y después", comentó en este sentido a Sputnik el exoficial del Departamento de Defensa de EEUU, David T. Pyne.
Recordó que a principios del año los medios estadounidenses afirmaban que la Administración Biden había informado al Gobierno ucraniano de que Washington carecía de la capacidad para apoyar militarmente a Kiev a un alto ritmo más allá del verano boreal de 2023. Desde entonces, prosiguió, no se hizo nada para aumentar la producción de municiones o armas estadounidenses para que EEUU pudiera permitirse armar al Ejército ucraniano al mismo nivel de intensidad más allá de ese plazo.
"El principal problema son las municiones, particularmente los proyectiles de artillería pesada. La creciente escasez de proyectiles de artillería solo servirá para aumentar la superioridad rusa sobre Ucrania en términos de misiles, cohetes y sistemas de artillería si el conflicto continúa más allá de septiembre", apuntó Pyne.
¿Por qué las armas de la OTAN no pueden inclinar la balanza a favor de Ucrania?
Según el analista militar, es poco probable que el suministro a Ucrania de los cazas F-16 estadounidenses marque una gran diferencia en el curso del conflicto, y menos aún si se tratará de aeronaves de las primeras modificaciones.
"Rusia tiene más de 15 veces más aviones de combate que Ucrania en este momento, por lo que estos cazas adicionales no servirán para disminuir significativamente la superioridad aérea rusa sobre Ucrania", declaró Pyne.
Además, continuó, se tardará entre cinco y ocho meses en entrenar a los pilotos ucranianos para volar estos F-16 después de que hayan completado la formación en inglés, lo que significa que probablemente no verán combate hasta principios de 2024.
El experto militar señaló que los defensores estadounidenses de un mayor suministro de armas a Kiev llevan insistiendo desde abril de 2022 en que si Occidente se limita a proporcionar más armamento a Ucrania, eso "permitirá obligar a las tropas rusas a regresar a sus fronteras anteriores a 2014". Sin embargo, todas esas predicciones resultaron ser erróneas.
"No hay ningún sistema de armamento convencional que la OTAN pueda proporcionar a Ucrania que sirva para 'cambiar las reglas del juego' y permitirle derrotar a Rusia, que tiene más de cinco veces más tanques, aviones de combate y sistemas de artillería que Ucrania", resaltó Pyne.
Agregó asimismo que Rusia cuenta con 300.000 soldados de reserva en las inmediaciones de la provincia de Járkov, que podrían utilizarse en una gran ofensiva para rodear a las tropas ucranianas en el sureste de Ucrania y obligar a este país a admitir su derrota y aceptar un acuerdo de armisticio en condiciones rusas.
A EEUU le resulta difícil conseguir nuevos fondos para Kiev
La Administración Biden va a tener dificultades para conseguir que el Congreso apruebe ayuda adicional, considera el exoficial del Pentágono. Explicó que los republicanos conservadores ejercen una influencia sustancial en la Cámara de Representantes de EEUU, y "son muy reacios a proporcionar a Ucrania ayuda adicional de cualquier tipo, y mucho menos otros 13.000 millones de dólares en ayuda militar directa".
"Incluso los congresistas republicanos favorables a la guerra están cuestionando la conveniencia de proporcionar ayuda militar adicional a Ucrania, ya que las ganancias territoriales de la tan cacareada contraofensiva ucraniana fueron tan minúsculas que apenas son visibles en un mapa", añadió el experto.
Una encuesta de SSRS realizada en agosto indicó que el 55% de los estadounidenses está en contra de que el Congreso autorice más fondos para Ucrania. Mientras tanto, el 51% afirma que EEUU ya hizo lo suficiente para ayudar a Kiev, y el 48%, que debería hacer más. Para comparar, en febrero de 2022, el 62% de los estadounidenses encuestados opinaba que EEUU debería haber hecho más.
Los resultados de la encuesta se produjeron en un momento en que el Ejército ucraniano sufría pérdidas masivas de equipo militar y personal, contando con unos "40.000 soldados muertos en combate y más de 40.000 heridos durante los últimos dos meses y medio desde que comenzó la contraofensiva".
Esto, en opinión de Pyne, subraya que los esfuerzos de Kiev por recuperar el territorio perdido desde noviembre no tendrán éxito, "por mucho que opten [el presidente de EEUU, Joe] Biden y [su par ucraniano, Volodímir] Zelenski por prolongar innecesariamente el conflicto con un abrumador coste humanitario para Ucrania".
Mientras tanto, la Casa Blanca intenta echar toda la culpa a Kiev por la fracasada contraofensiva que, según múltiples grandes medios liberales de EEUU, "está flaqueando porque no están concentrando todos sus recursos en abrirse paso en el frente sur hacia el mar Negro", afirmó Pyne.
Aun así, algunos periódicos estadounidenses plantearon dudas sobre la calidad del entrenamiento y la planificación bélica de EEUU, al tiempo que informaban a sus lectores de que Ucrania volvió a sus antiguas tácticas después de que sus tropas entrenadas por la OTAN y armadas con armas occidentales no consiguieran ningún avance sobre el terreno.
Zelenski arroja arena en los engranajes de una posible iniciativa de paz
A medida que el entusiasmo por la contraofensiva ucraniana se transforma en decepción, la prensa estadounidense cita a unos funcionarios e informadores estadounidenses que se preguntan en privado si deberían haber hecho caso al jefe del Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley, que propuso en noviembre considerar la posibilidad de entablar conversaciones de paz. Al mismo tiempo, parecen irritados por las pretensiones de Zelenski de que Ucrania se apodere de todos los territorios que le pertenecían antes de 2014.
"El número cada vez mayor de funcionarios del Departamento de Defensa de EEUU está llegando a la conclusión, como el general Milley en noviembre, de que Ucrania había alcanzado su punto más alto, territorialmente hablando, en aquel momento, y que las perspectivas de que recuperara cualquier territorio adicional eran escasas en el mejor de los casos. Vimos que esa predicción se cumplió. Si los líderes ucranianos hubieran sido más sabios, habrían aceptado la oferta rusa de un alto el fuego permanente en noviembre (...) salvando así decenas de miles de vidas ucranianas", sugirió Pyne.
En su última entrevista con The Washington Post, Milley enfatizó que la debacle de Ucrania aún podría resolverse por medios diplomáticos. Pyne tampoco cree que se haya cerrado la ventana de oportunidad para las conversaciones de paz.
"El Gobierno ruso nunca se ha retractado de su oferta de un alto el fuego permanente, condicionado únicamente a que Ucrania acepte reconocer que Rusia sigue controlando de facto sus nuevos territorios en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie y a que Kiev acepte la neutralidad permanente de Ucrania fuera de la OTAN", declaró el analista.
Pyne se inclina a pensar que Zelenski está actualmente torciendo el brazo a la Casa Blanca para que prolongue el conflicto. El experto señaló que Joe Biden supuestamente ofreció a Rusia quedarse con todos sus territorios recién admitidos en enero de 2023 sin cerrar la puerta al ingreso de Ucrania en la OTAN.
Sin embargo, fue el presidente ucraniano quien prohibió a los funcionarios ucranianos negociar un acuerdo de paz con Rusia y quien ha sido "el principal obstáculo para negociar un final pacífico" del conflicto, recalcó el exoficial del Pentágono. Así, parece que la Casa Blanca cayó en su propia trampa en Ucrania, aparentemente incapaz de detener las hostilidades o prolongar más el conflicto al mismo tiempo.
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