Tras la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989 y el fin de la Guerra Fría, surgió un mundo unipolar liderado por EEUU, y uno de los exponentes de ese nuevo orden liberal occidental es Fukuyama, autor, politólogo y filósofo estadounidense de ascendencia japonesa, destaca el periódico Asharq Al-Awsat.
En su libro El fin de la historia y el último hombre, Fukuyama propaga un único mensaje: el mundo está ahora bajo el control de los liberales liderados por Estados Unidos, mientras que el socialismo, el nacionalismo o la religión ya no podrán oponerse a ello. El planeta se movilizó en torno a esa idea, que entonces parecía "brillante e insólita", señala el periódico árabe. Su profecía se hizo realidad en las primeras etapas de la formación de un mundo unipolar, con los Estados Unidos convirtiéndose en un país hegemónico.
De esta manera, el sueño estadounidense de un mundo unipolar pasó a ser una realidad: Washington estaba en la cima de su poder económico, dictando sus condiciones, consolidando su influencia en la economía mundial y adoptando incluso una visión neoconservadora basada en la idea de un siglo estadounidense.
"Pero los vientos no soplan como lo quiere el 'barco unipolar' y hay tormentas y tempestades que amenazan su rumbo: Rusia amasó fuerza suficiente para volver a la escena mundial, China apareció bajo una luz diferente; la India, Brasil y Sudáfrica no se quedan atrás. (...) El BRICS favorece la formación de un orden multipolar y promete un nuevo mundo transcontinental sin las ideas de [Zbigniew] Brzezinski, Fukuyama o los neoconservadores", considera Jamal Kishki desde Asharq Al-Awsat.
El BRICS, informa la fuente saudí, "representa el 40% de la población mundial y cerca del 26% del producto interno bruto mundial y se ha convertido en un sueño que abarca un país tras otro".
Por ejemplo, los cinco Estados miembros (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) abrieron las puertas del BRICS a 22 nuevos países, seis de los cuales se incorporarán en 2024. La carrera hacia nuevos horizontes está impulsada por los sucesivos cambios políticos mundiales, las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania y la pandemia del COVID-19, así como de la crisis económica mundial.
El mundo ha aprendido bien la lección y los países del sur global ya no pueden permitirse el lujo de permanecer como espectadores, opina el columnista del periódico árabe, agregando que "el paraguas de Washington ya tiene muchos agujeros y ya no puede proteger a quienes quieren esconderse bajo él".
Al contrario, en opinión del autor, el bloque BRICS es "un salvavidas y una salida segura para los que derramaron lágrimas bajo el muro de Berlín, y un proyecto de rehabilitación masiva para los que se adhirieron a una política de no alineación".
Los miembros de esa asociación están demostrando valentía política y económica, avanzando activamente hacia el comercio en monedas nacionales, creando de un nuevo espacio económico y deshaciéndose de la dependencia de las instituciones financieras occidentales como Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y Club de París, al establecer el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y el Fondo Común de Acuerdos de Reservas Contingentes.
El volumen de comercio de los BRICS ha aumentado un 300% en los últimos veinte años, lo que demuestra claramente el éxito de esta unión, según Kishki.
El mundo ya atiene las lecciones del orden mundial unipolar y está deseoso de adquirir otras nuevas, así que la caída del muro de Berlín puede llevar al derrumbe del "muro unipolar", concluye.
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