La publicación destaca que, aun si Estados Unidos decidiera suspender de inmediato el apoyo militar a Ucrania, Washington todavía tendría que hacerse cargo del costo de la reconstrucción, dado que algunos de sus aliados, como Alemania, enfrentan crisis políticas que podrían derivar a un nuevo Gobierno que no está del todo de acuerdo con la ayuda brindada a Kiev.
Según estimaciones del Banco Mundial, Ucrania necesitaría más de 411.000 millones de dólares, a lo largo de 10 años, para concretar una reconstrucción.
Sin embargo, el monto sería mucho mayor, ya que la estimación se calculó únicamente a partir de los datos generados entre febrero de 2022 y febrero de 2023, por lo que el autor del artículo, Stephen Bryen, prevé que el monto real, hasta agosto, sería de alrededor de 600.000 millones de dólares.
"El conflicto de Ucrania acabará siendo la operación exterior más costosa y quizá corrupta jamás llevada a cabo por Estados Unidos", advierte el medio.
"Para propósitos de comparación, la guerra en Irak tuvo un programa de reconstrucción de 60.000 millones de dólares. EEUU también gastó 90.000 millones a lo largo de 12 años para Afganistán [aunque la guerra continuó en ese país]", afirma Bryen.
El investigador del Instituto Yorktown destaca que, al igual que en los casos mencionados, el dinero de ayuda para la reconstrucción podría simplemente desaparecer dado el historial de corrupción de Ucrania.
Como ejemplo está el reciente despido de reclutadores militares por órdenes del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tras descubrirse una red de corrupción para evitar el reclutamiento de jóvenes, señala Asia Times.
"Estados Unidos y sus aliados necesitarán soltar más de 60.000 millones de dólares anualmente para apoyar a Ucrania, y esperar que la mayoría sea robado. Y tendrán que apoyar este financiamiento por más de 10 años", sostiene.
De alcanzarse esta cifra, sería más del triple de los 173.000 millones de dólares (con el tipo de cambio actual) que gastó Washington para el Plan Marshall, tras la Segunda Guerra Mundial.
En este contexto, el articulista sugiere que la estrategia que quiere seguir el presidente Joe Biden es alargar el conflicto lo más que se pueda; sin embargo, cada vez hay más descontento por la ayuda financiera a Ucrania y lo poco que ha ayudado eso en el campo de batalla.
A esto se suma la investigación que el Partido Republicano impulsa en la Cámara de Representantes por los presuntos actos de corrupción en los que habría incurrido Hunter Biden, hijo del mandatario estadounidense, con la empresa energética ucraniana Burisma.
"Los estadounidenses pueden preguntar correctamente: ¿qué están ganando con estos enormes desembolsos que realmente pesan en los contribuyentes de EEUU? La política estadounidense sobre Ucrania es un desastre desde muchos ángulos, pero uno de ellos es el enorme costo en dólares de apoyar una desgracia sin fin", concluye Stephen Bryen.
Rusia lanzó, en febrero de 2022, la operación militar especial para defender las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, frente al genocidio cometido por parte de Kiev. Uno de los objetivos fundamentales de la operación militar especial es la desmilitarización y desnazificación de Ucrania.
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