Así es, las autoridades rusas han expresado su deseo de apoyar al gobierno del presidente electo mexicano, Andrés Manuel López obrador, para superar la crisis desatada a raíz de la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco.
LA AYUDA CONSISTIRÍA EN UNA FUERTE INVERSIÓN RUSA PARA HACER POSIBLE la construcción del nuevo aeropuerto en la base militar de Santa Lucia.
La ayuda no se limitaría solo a la inversión monetaria, también consistiría en la asesoría a las autoridades mexicanas para diseñar el nuevo aeropuerto, así como con el suministro de componentes y elementos necesarios para el nuevo aeropuerto proyectado en Santa Lucia.
Además, también las autoridades rusas han expresado su deseo de contribuir con el desarrollo de la industria petroquímica en México, esto a través de la coinversión y la transferencia tecnológica a Pemex para que la paraestatal haga posible los nuevos proyectos de construcción de nuevas refinerías en el país.
La ayuda consistiría, como ya dije, en inversiones millonarias en el sector, pero también en la transferencia tecnológica, en el asesoramiento y adiestramiento de especialistas mexicanos, y en el suministro de equipos y elementos necesarios para la construcción de las nuevas refinerías.
Estas acciones de Moscú vienen a confirmar el fuerte compromiso que mantienen las autoridades rusas con el nuevo gobierno mexicano, tratando de crear un nuevo polo de desarrollo para ambas naciones. También expresan los grandes deseos del Kremlin por forjar una alianza fuerte y duradera con México, y no solo en el plano económico, sino también en el plano político y militar; no por nada el gobierno moscovita ha ofrecido a México la fabricación conjunta del nuevo caza de cuarta generación plus, el Mig-35, así como de diversos helicópteros, entre ellos, algunos modelos de Kamov así como de la empresa rusa Ansat.
Además, Rusia tiene planes de ampliar el intercambio comercial entre ambos países, tanto en el sector aeroespacial, como en el sector automotriz, minero, agropecuario y científico.
Por otro lado, estos movimientos de Moscú se enmarcan en el movimiento mundial por destruir las viejas estructuras de poder, es decir, por acabar con los viejos monopolios, tanto en la economía como en la política; o, en otras palabras, es un movimiento que trata de acabar con los viejos círculos de poder, es decir, tratan de acabar con la élite dominante y el viejo establishment.
Esto lo digo porque de todos es bien sabido que los que están detrás de la privatización de PEMEX, o la llamada reforma energética, no son otros que los que conforman la élite, el establishment, el Deep State, o el poder oculto detrás de los políticos; ellos son los que realmente diseñaron la reforma energética y su brazo visible no es otro que George Soros y la empresa BlackRock. Estos mismos sujetos y organizaciones son los que estaban detrás de la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco, de ahí la grave corrupción que se ha descubierto durante el proceso de licitación y edificación del mismo.
Así es, es contra ellos contra los que lucha AMLO y Vladimir Putin; es por eso que el presidente ruso busca un encuentro cuanto antes con AMLO, encuentro necesario para diseñar el plan a seguir en esta guerra contra los parásitos del sistema.
De esta manera se tiene contemplado un encuentro entre ambos líderes durante la reunión del G20, o antes si es posible; se prevé una escala del presidente ruso en México antes de llegar a la cumbre del G20.
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