Rusia desplaza nuevamente aviones caza de sexta generación a Siria para realizar pruebas de armas, materiales y aviónica enfrentando a los extremistas y a sus patrocinadores, es decir, a los aviones de EEUU, Israel y demás aliados.
Así es, Rusia nuevamente envía sus poderosos aviones caza de sexta generación a siria para hacer pruebas y afinar sus capacidades, capacidades ya de por si sobresalientes; no olvidemos que este es el primer caza de sexta generación en ser producido en el mundo; si, producido por que muchos dirán que aún no está en producción, pero la realidad es que la fabricación de este moderno caza está a todo vapor, pues actualmente se están fabricando las primeras 76 aeronaves de este tipo para las fuerzas armadas de Rusia; pero además de eso, también habría que sumarle las que están pendientes de confirmación por parte del gobierno de Turquía, el de la India, China y el de Vietnam; inclusive se menciona que la misma Arabia Saudita estaría interesada en el avión ruso, desairando con ello a los aviones caza de quinta generación estadounidenses F-35.
Otro que sin duda estaría interesado en adquirir los Su-57 sería el país de Irán, solo que en este caso sería más difícil que se hiciera con ellos, pues recordemos que el país persa está sujeto todavía a sanciones en cuanto a armamento moderno y ofensivo se refiere por parte de las Naciones Unidas, razón por la cual Rusia no había suministrado previamente los sistemas antiaéreos S-300 a Irán sólo hasta el año pasado pese a que había un contrato firmado desde hacía 8 años.
Pues bien, hoy se ha dado a conocer que el caza ruso volvió a realizar tareas de bombardeo sobre las posiciones de los radicales que luchan contra las autoridades legitimas sirias; pero además, como ya ha sucedido en el pasado cuando el caza ruso realizó su primera incursión aérea sobre cielo sirio, en esta ocasión también se probaron sus capacidades furtivas y se pudo comprobar una vez más que el avión pasó desapercibido para los radares y sistemas de alerta temprana de los militares estadounidenses, israelíes y de todas las demás potencias militares que hay en la región. Con ello se demuestra la supremacía aérea del caza ruso sobre las defensas antiaéreas de los rivales occidentales, así como de los regionales; asimismo, se demostró su supremacía sobre las aeronaves de supuesta superioridad aérea de los EEUU, tales como los aviones F-22 y F-35, pues estos tampoco fueron capaces de detectar al Su-57 durante sus incursiones aéreas sobre el cielo de siria; no olvidemos que en la región hay múltiples sistemas de radar plenamente operativos cuya función es detectar aeronaves hostiles, tanto en Israel, como en Arabia Saudita, Catar, Emiratos árabes unidos, Israel, Turquía, etcétera, pero sobre todo en la base de radares de alerta temprana que posee EEUU en la base turca de Kurecik (la estación de radar situada en el sureste de Turquía); pues bien, ninguno de estos sistemas pudo detectar al caza ruso durante sus vuelos sobre la región, región fuertemente vigilada.
Con esto se demuestra la indiscutible superioridad aérea del caza ruso sobre sus rivales occidentales, llámese estos F-22, o F-35.
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