En la llamada “Cumbre por la Democracia”, celebrada los días 9 y 10 de diciembre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció lo que denominó la Iniciativa Presidencial para la Renovación Democrática y adelantó que, para impulsar este proyecto, la Casa Blanca tiene previsto destinar hasta 424 millones de dólares.
Al respecto, el vicepresidente del Consejo de la Federación Rusa (Cámara Alta del Parlamento ruso), Konstantín Kosachov, ha denunciado este sábado que Biden destina ese monto a los que llama “países leales del mundo”; sin embargo, alerta, “ya está claro que, de hecho, se está creando un ‘fondo de injerencia en los asuntos internos’ de los países desleales”.
Para Washington, “los países más leales son los más democráticos”, mientras que “aquellos que intentan defender su soberanía y sus intereses son los tiranos”, fustiga el titular ruso a través de Facebook.
En otra parte de su mensaje, ha criticado asimismo que el principio de la selección de los países invitados a dicha cumbre —a la que no fueron invitadas China ni Rusia— se basó en criterios geopolíticos. “El factor clave no fue la política interior, sino exterior: lealtad impecable a EEUU, ha señalado.
Asimismo, el político ruso ha hecho hincapié en que la cumbre no buscó una revisión de fuerzas en vísperas de las próximas batallas por la democracia, sino que sirvió de instrumento para introducir en la mente del mundo que quien está en contra de un “mundo unipolar” con EE.UU. al frente está en contra de la democracia.
Estados Unidos intenta establecer un régimen autoritario en Occidente y procura al mismo tiempo disfrazarlo de un “orden mundial liberal”, ha aseverado Kosachov.
Por su parte, el Ministerio chino de Asuntos Exteriores, ha subrayado esta misma jornada, en un comunicado, que la “democracia se ha convertido desde hace tiempo en un arma de destrucción masiva usada por Estados Unidos para interferir en los asuntos de otros países” e incitar división y confrontación.
EE.UU. celebró de forma virtual la denominada “Cumbre por la Democracia” con la participación de representantes de 100 gobiernos, junto con grupos de la sociedad civil y periodistas, pero excluyó a los representantes de China y Rusia.
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