Algunos medios de comunicación de EEUU en muchas ocasiones resultaron ser partidarios de las atrocidades y la 'democracia' que llevó Washington a diferentes países del mundo. Y nuestros días no son excepción alguna. Pero cuando no les conviene, la narrativa cambia enseguida.
Basta con echar un vistazo a la reciente portada de The Economist sobre la operación militar especial de Putin en Ucrania y compararla con la portada de la misma revista en mayo del 2003, tras la invasión en Irak de George W. Bush, que se titulaba en aquel entonces Now, the waging of peace (Ahora, persiguiendo la paz). Mientras la operación especial que se realiza por Rusia en Ucrania, y que tiene un contexto y las realidades distintas, se titula ¿Dónde él se detendrá?" y dentro se puede leer: "La historia juzgará duramente a Vladímir Putin por su guerra. El presidente de Rusia ha lanzado un ataque no provocado contra su vecino".
Recordemos que Bush empezó los bombardeos de Irak alegando sus falsas pruebas de la inteligencia de la posesión de las armas de destrucción masiva. El Pentágono no lleva la cuenta de las bajas que sus operaciones causan entre los combatientes enemigos ni las víctimas entre la población civil. Las cifras oscilan entre decenas hacia centenares de miles de muertos, hay cálculos que hablan sobre más de un millón, solo en Irak. Pero, qué curioso, en aquel entonces los medios nos lo servían como "La operación por la libertad".
Existe un proyecto The Costs of War del Instituto Watson de la prestigiosa Universidad de Brown (EEUU), que calcula el número de personas muertas directamente por la violencia de las guerras de Estados Unidos tras el 11-S en Afganistán, Pakistán, Irak, Siria, Yemen y otros lugares. Según sus cifras, hasta agosto habían muerto entre 897.000 y 929.000 personas, en su mayoría civiles. El número de personas que han muerto como efecto de las guerras es varias veces mayor.
Fox News, Rupert Murdoch y el apoyo de la guerra en Irak
"La información recopilada por este y otros Gobiernos no deja lugar a dudas de que el régimen iraquí sigue poseyendo y ocultando algunas de las armas más letales jamás concebidas. Si no se les controla, esos terroristas suministrados por Sadam podrían "matar a cientos de miles de personas inocentes en nuestro país", dijo George W. Bush días antes de la invasión.
Algunos de los medios de comunicación se engancharon enseguida. La invasión de Irak en 2003 supuso una cobertura mediática estadounidense sin precedentes, especialmente en las cadenas de noticias por cable de EEUU. Una de las cadenas que se destacó especialmente era Fox News. Durante sus coberturas en directo aparecía una animación de una bandera ondeando y el titular Operación Libertad Iraquí en la parte inferior.
La cadena es propiedad de Rupert Murdoch, un empresario, inversor y magnate australiano nacionalizado estadounidense, director ejecutivo y principal accionista de las compañías Fox News. Forbes calcula su fortuna en más de 20.000 millones de euros, según medios, y sus dos empresas, News Corp. y 21st Century Fox, controlan medios de comunicación en algunos de los países más poderosos del mundo. Se le atribuye la caída del primer ministro australiano Malcolm Turnbull y el apoyo a la derecha más radical en Estados Unidos desde Fox News.
No es ningún secreto, aunque no se habla tanto, que era un firme partidario de la guerra de Irak. "Puede que no haya sido la misión de la familia desestabilizar las democracias de todo el mundo, pero ese ha sido su legado más importante", decía un artículo de The New York Times, titulado Cómo el imperio de la influencia de Rupert Murdoch cambió el mundo. La investigación abarca tres continentes e incluye más de 150 entrevistas describe cómo Murdoch y sus hijos en discordia convirtieron a sus medios en máquinas de influencia política de derecha que han desestabilizado la democracia en Norteamérica, Europa y Australia.
La voz de Murdoch fue una de las más fuertes del mundo en el debate internacional sobre la guerra contra Irak dirigida por Estados Unidos, él dio su pleno respaldo a la guerra, elogiando a George Bush por actuar "moral" y "correctamente".
Alastair Campbell, el asesor británico de Tony Blair, señaló que en la semana anterior a la fatídica votación sobre Irak en marzo de 2003, Rupert Murdoch telefoneó a Blair tres veces. Campbell dice que Murdoch advirtió al Primer Ministro de los peligros de la demora y que fue "presionando sobre los plazos, diciendo cómo News International nos apoyaría", dice un artículo de The Guardian.
Según The Rolling Stones, el Washington Post y el New York Times fueron los principales impulsores del conflicto en sus páginas editoriales.
Un estudio realizado en 2003 por Fairness & Accuracy in Reporting (FAIR) en el que se analizaba la frecuencia de los comentaristas a favor y en contra de la guerra en las principales cadenas, reveló que las opiniones a favor de la guerra eran más frecuentes.
"La MSNBC despidió a Phil Donahue y a Jesse Ventura por su escepticismo sobre la guerra; la CNN inundó las ondas con generales y ex miembros del Pentágono, y las cadenas de televisión ABC, CBS, NBC y PBS se encargaron de empeorar la situación: en un periodo de dos semanas antes de la invasión, las cadenas sólo tuvieron un invitado estadounidense de los 267 que cuestionaron la guerra, según Fairness and Accuracy in Reporting", dice el artículo.
En cifras globales, Fox News logró crecer, siendo el número uno, seguido por CNN, y luego MSNBC. Fue un gran éxito para Fox News, ya que muchos habían creído que CNN recuperaría el primer puesto.
"Vinimos, vimos, murió" y los elogios de la muerte de Gadafi
Los principales medios de comunicación estadounidenses han reaccionado al brutal linchamiento de Muamar Gadafi con una oleada de vítores y aprobación, diciendo que la muerte del coronel era el comienzo de una nueva era para Libia.
Empezando por la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, quien diríamos entró en la historia con su inmortal frase: "¡We came, we saw, he died!" (¡Vinimos, vimos, murió!)
La alegría por la muerte del líder africano se extendió. Y durante unos días, los medios de comunicación saborearon las sangrientas imágenes del asesinato de Gadafi. Y esta celebración borró completamente el hecho de que la campaña de la OTAN dejó miles muertos y una total destrucción. El asesinato de Gadafi se presentó como un triunfo, creando la percepción de que, de alguna manera, está perfectamente bien invadir un país y ayudar a linchar a su líder.
"Categóricamente, no se le debía haber matado. Gadafi agotó su legitimidad hace mucho tiempo, pero el cómo ocurrió su muerte despierta por supuesto muchas dudas", señaló Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso.
Errores, disculpas y dolorosas lecciones
Después de la invasión, los editores del New York Times se disculparon por su cobertura de los presuntos programas de armamento de Hussein, pubicando The Times e Irak donde reconocieron que "nos hubiera gustado ser más agresivos a la hora de reexaminar las afirmaciones (relacionadas con los programas de armamento iraquí) a medida que surgían —o no surgían— nuevas pruebas".
"En algunos casos, la información que era controvertida entonces, y que parece cuestionable ahora, no fue suficientemente calificada o se permitió que no se cuestionara".
Existen más disculpas de los periodistas occidentales:
Ezra Klein de Bloomberg View: "Yo era un estudiante universitario, joven y tonto".
"No tuve miedo de alienar a mis colegas, editores y empleador, pero tampoco lo hice. Me arrepiento mucho de ello", escribió Jonathan Chait de New York.
Hay unos cuantos episodios más en la historia de EEUU y la OTAN: los bombardeos de Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, entre otros. En Siria EEUU no consiguió derrocar su Gobierno, pero sí logró destruir un país de tanta cultura y tradición, literalmente, hasta convertirlo en polvo. Y en muchas ocasiones algunos medios de comunicación se precipitaban en sacar las conclusiones antes de que quedaran claro las cosas.
La realidad que vive Ucrania es bastante complicada, y pocos la entienden, pero seguramente no es la hora de tener prisa con las etiquetas.
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