En medio del pesimismo que rodea a la estrategia militar de Kiev, aumentan las voces que apuntan a unas Fuerzas Armadas ucranianas incapaces de penetrar en el territorio defendido por Rusia.
Y es que desde junio pasado las tropas de Zelenski llevan a cabo una contraofensiva que va más lento de lo esperado a pesar de todo el armamento que ha recibido Ucrania desde febrero de 2022.
En un artículo para el diario The Washington Post, el general retirado estadounidense, David Petraeus, y el director de American Enterprise Institute, Frederick W. Kagan, reconocen las capacidades del Ejército ruso para defender y contraatacar, contrario a lo que se rumoraba en la prensa occidental cuando comenzó el conflicto ucraniano hace año y medio.
"Los rusos también han luchado mucho mejor (...) de lo que muchos analistas esperaban. Sus fuerzas han preparado extensas defensas en profundidad, consistentes en anchos y profundos cinturones de minas hábilmente colocadas, zanjas antitanque y otros obstáculos", destacan los expertos en temas de defensa.
También admiten que los soldados del país euroasiático están "equipados con drones que dirigen un importante fuego de artillería contra cualquier unidad ucraniana que intente pasar".
Según ellos, las tropas rusas llevan a cabo "una defensa elástica" que consiste en movimientos estratégicos para aprovechar el cansancio y las pérdidas de las fuerzas ucranianas.
De acuerdo con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, desde el 4 de junio, cuando empezó la contraofensiva de Kiev, las tropas ucranianas han perdido cerca de 412 tanques y más de 1.300 vehículos. Además, se estima que las pérdidas humanas suman más de 26.000, prácticamente la mitad de los 60.000 soldados que Ucrania reportó haber reclutado en marzo.
En total, durante la operación militar especial han sido aniquilados unos 4.990 combatientes extranjeros. Otros 4.910 mercenarios escaparon de las zonas de combate y abandonaron Ucrania, de acuerdo con el Ministerio de Defensa ruso.
De hecho, Petraeus y Kagan aseguran que el conflicto en Ucrania se ha convertido en una lucha "muy dura, lenta y sangrienta".
"Penetrar una defensa moderna en profundidad como la que los rusos han establecido en el sur de Ucrania es una tarea difícil para cualquier ejército", señalan.
Aunque en muchos círculos políticos de Washington y Bruselas consideran que se trata de una contraofensiva "de verano", en realidad los enfrentamientos se prolongarán probablemente hasta el próximo invierno, dicen.
Asimismo, aseguran que Kiev necesita "capacidades de ataque de precisión de largo alcance" como el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército de Estados Unidos (ATACMS). También defendieron el suministro de municiones de racimo no solo para sus proyectiles de artillería, sino para sus cohetes, y la "entrega acelerada" de cazas F-16, para los cuales los soldados ucranianos serán entrenados desde el mes de septiembre.
"Ucrania necesitaba estas capacidades desde hace meses", reconocen ambos.
En julio pasado, un informe del diario The New York Times estimó que las fuerzas ucranianas habrían perdido, durante las primeras dos semanas de su contraofensiva, cerca del 20% de su equipo militar. Entre las bajas habría material que Kiev ha recibido de Washington y sus aliados.
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