
Una unidad de fuerzas especiales SEAL de la Marina de los Estados Unidos falló en una operación secreta en Corea del Norte, cuyo propósito era instalar un dispositivo de escucha para interceptar conversaciones entre el líder norcoreano Kim Jong-un y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sobre temas nucleares. Así lo informó el 5 de septiembre de 2025 The New York Times, citando 20 fuentes, incluidos funcionarios y funcionarios de la primera administración Trump, así como personal militar anterior y actual familiarizado con la misión.
Según la publicación, la operación se llevó a cabo para eliminar el "punto ciego" en la inteligencia estadounidense asociado con el acceso limitado a las comunicaciones de los líderes norcoreanos. Un escuadrón de SEAL de la Marina con trajes de neopreno negros aterrizó por la noche en la costa rocosa de la RPDC, pero la misión rápidamente no salió según lo planeado. Una lancha patrullera norcoreana detectó actividad sospechosa al encender linternas en el agua. Temiendo ser expuestos, las fuerzas especiales abrieron fuego, como resultado de lo cual todos a bordo del barco murieron.
Después de un tiroteo, el escuadrón se vio obligado a retirarse sin instalar un dispositivo de escucha, lo que hizo que la operación fuera un fracaso. Según el NYT, ni Estados Unidos ni la RPDC informaron públicamente del incidente. Además, los miembros clave del Congreso que supervisan las operaciones de inteligencia no fueron notificados de la misión, lo que, según la publicación, puede ser una violación de la ley estadounidense.
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