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miércoles, 28 de febrero de 2018

Dejen paso al rublo y al yuan: China y Rusia se preparan por si les sacan del SWIFT



China y Rusia llevan diseñado durante los últimos años sus propios sistemas de pagos bancarios. Por ahora, sus transacciones internacionales se siguen haciendo mediante el código SWIFT, pero desde Occidente se amaga con retirar a Rusia del sistema. Así que los pasos rusos hacia su independencia del dólar nunca tuvieron tanto sentido.

Sin embargo, hasta ahora las herramientas alternativas con las que cuentan Rusia y China —ambas 'hechas en casa'— se limitan al ámbito nacional, por lo que siguen sin poder declararle la batalla al código SWIFT —acrónimo de 'Society of Worldwide Interbank Financial Telecommunications'— si lo que se quiere es transferir algo entre dos países. Es aquí donde China y su sistema de pagos podrían servir en la "guerra silenciosa contra el dólar", publica el medio ruso Politikus.

El sistema chino se basa en el protocolo PVP ('Payment versus Payment'), y a través de él se pueden ejecutar transacciones en yuanes y en rublos. Su ventaja en el comercio exterior radica en que permite evitar hacer los pagos utilizando el SWIFT y, en consecuencia, en que se deshace del dólar. El sistema nació en octubre de 2017 y, a pesar de que por ahora permite intercambios comerciales en territorio nacional chino y también con Rusia, Pekín desea extenderlo a aquellos países con los que mantiene buenas relaciones comerciales.

Las prisas por conseguir depender menos del dólar estadounidense se entienden a la luz de los datos. A fecha de septiembre de 2017, las exportaciones rusas a China en rublos y en yuanes solo comprendieron el 17% del total y, las importaciones, el 18,6%. La mayor parte de los intercambios comerciales entre ambas naciones se hicieron en divisas como el dólar o el euro. En el caso del dólar, el porcentaje asciende al 78,8% en las exportaciones y al 76% en las importaciones rusas.
El escenario en el que el dólar estadounidense se impone en terceros países, incluso, por encima de las monedas de esas mismas naciones, no es exclusivo de Rusia y de China, sino que se repite en otras. La cuestión es sumamente importante y son muchos los Estados que se están viendo obligados, precisamente por ese escenario, a seguir de cerca la evolución de los asuntos internos estadounidenses que conciernen a la estratosférica deuda norteamericana, como señaló a principios de enero el politólogo ruso Antón Krilov.

"Así que a pesar de que Rusia y China se han pasado a la moneda nacional en las transacciones financieras entre ambos, el dólar sigue jugando un papel importante en las transacciones mundiales a cuenta de su estatus como moneda de reserva mundial", señalan en Politikus.

Solo cuando surjan nuevos centros de poder económico y nuevas divisas de reserva, se podrá transformar la sumisión de la economía mundial al dólar. Los primeros pasos en esa dirección los dio China lanzando su sistema de pagos internacional, CIPS ('Chinese Internacional Payment System'), basado en el PVP. Le ha seguido Rusia con la creación del suyo propio, un servicio bancario lanzado recientemente como respuesta a las amenazas de sacar al país del SWIFT. Bajo el nombre de 'Sistema de transferencia de envíos financieros' o SPFS, el protocolo está diseñado para hacer pagos a nivel nacional.


El potencial de ambos sistemas de funcionar en el exterior es enorme gracias, precisamente, al potencial de las economías rusa y china en el comercio entre Europa y Asia. Se espera que los bancos de la Unión Económica Euroasiática puedan operar a través del SPFS y que China haga lo propio con el suyo aplicándolo a lo largo de toda la Nueva Ruta de la Seda, el proyecto llamado a conectar el intercambio comercial desde el extremo este de Asia hasta Europa.

Las intenciones de Rusia y de China también se dejaron ver en octubre de 2017, cuando el gigante asiático abrió en Moscú la primera sucursal de su Banco de Industria y Comercio, basado en yuanes. La entrada en Rusia del yuan no es exclusiva. En estos momentos, el país ya ha acordado con Turquía, con Irán y con Azerbaiyán deshacerse de la moneda estadounidense.

"Todas estas medidas ayudarán a proteger la economía rusa de las sanciones de Occidente y a suavizar el efecto del 'colapso de la burbuja del dólar', que tarde o temprano estallará debido al grave desequilibrio en el sistema financiero estadounidense", señalan en Politikus.


Y es que el endeudamiento de los estadounidenses ha vuelto a crecer a niveles alarmantes. La situación recuerda mucho a lo sucedido en 2008, cuando la crisis hipotecaria del país provocó la caída de la economía mundial. Que la inmensa mayoría de países dependan del bienestar de la economía estadounidense por utilizar el dólar, da pistas de lo que pasará cuando esa burbuja llegue a estallar.

Así que si a Rusia le sacan del SWIFT, los bancos rusos sobrevivirán, como dijo a finales de enero el vice primer ministro ruso, Arkadi Dvorkóvich. En marzo de 2017, la presidenta del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiulina, aseguró durante una reunión con el presidente ruso que el sistema financiero ruso estaba protegido en caso de que llegase el momento de deshacerse del SWIFT. Sin embargo, y como recuerda Dvorkóvich, la desconexión de Rusia sería un agresión flagrante por parte de Occidente.

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