En el marco de la promoción de la nueva Estrategia de Defensa Nacional de EE.UU., el Pentágono ha revelado su visión de los posibles conflictos con Rusia y China. "Resulta que los tiempos de la Guerra Fría no han quedado atrás", opina el analista militar Yevgueni Krútikov en un artículo publicado en el diario Vzgliad.
"Hay dos desafíos únicos con los que tenemos que lidiar, y sus elementos se superponen, pero no son los mismos", afirmó el general Paul J. Selva, vicepresidente del Estado Mayor estadounidense, en un evento organizado esta semana por la asociación de corresponsales de defensa y seguridad nacional Defense Writers Group.
En opinión de Selva, un conflicto con China "sería en gran medida una batalla naval y aérea", mientras que el ejército y la infantería de marina tendrían un papel secundario. En el caso de Rusia, sería básicamente un combate aéreo y terrestre, respaldado por el componente marítimo.
"El general Selva no ha dicho nada nuevo ni desde el punto de vista estratégico-militar, ni táctico, ni político", opina Krútikov. El analista señala que el discurso forma parte de un "plan de presión propagandística ante la opinión pública en relación con el crecimiento repentino de los gastos en Defensa en el presupuesto".
"Patrones de los años 80"
"El general Selva ha confirmado los peores temores de los analistas militares: el pensamiento estratégico-militar de EE.UU. no se ha movido del punto muerto donde quedó en el auge de la Guerra Fría", advierte el autor. A pesar de los avances tecnológicos, el elemento más importante en la lucha contra Rusia, "al igual que a mediados de la década de 1980, sigue siendo la velocidad de envío de refuerzos desde EE.UU. y Canadá a través del Atlántico y Europa", escribe Krútikov.
De allí proviene el componente marítimo en un posible conflicto: la flota estadounidense debe garantizar la seguridad de los convoyes, mientras que Rusia, según este pensamiento, intentaría pararlos. "Y la tarea de los europeos es aguantar hasta la llegada de los libertadores", añade el autor.
En cuanto a China, "en opinión de Selva, y, por lo tanto, del Pentágono, desde el punto de vista puramente militar, solo plantea deshacerse de la flota china, destruir las islas artificiales cerca del archipiélago Spratly y suprimir la aviación costera", escribe Krútikov señalando que estas ideas también son unos "patrones de los años 80".
Para la Administración estadounidense, el enfoque en Rusia "es importante para su supervivencia" y es a esta idea política interna a la que obedece la Estrategia de Defensa Nacional, concluye el autor.
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