Luego la restricción que impuso esta semana Corea del Sur, más países se suman a la cruzada contra las criptomonedas. Ahora, el gobierno indio anunció que tomará medidas para impedir su uso “como método de pago” y para “financiación de actividades ilegítimas”, además de advertir que no las considera monedas legales.
Recientemente, el gobierno indio ya había tomado acciones para controlar el uso del bitcoin: en diciembre, inspectores del Departamento de Impuestos irrumpieron en centros de intercambio virtuales en Delhi, Bangalore, Hyderabad, Kochi y Gurgaon para identificar a los inversores y las transacciones hechas.
La medida se suma a la que tomó Corea del Sur al aprobar una ley que impide la compraventa de criptomonedas con cuentas anónimas, con el objetivo de evitar “el lavado de dinero” y “una especulación excesiva”.
Con este anuncio, los inversores surcoreanos ya no podrán hacer transacciones si el nombre de sus billeteras virtuales ni coincide con el de las cuentas bancarias a las que están asociadas. Quedarán así anuladas las llamadas "cuentas anónimas" (aquellas con nombres falsos o que no coinciden con la cuenta bancaria) y los extranjeros no podrán tampoco operar en el país.
Los inversores surcoreanos ya no podrán hacer transacciones si el nombre de sus billeteras virtuales ni coincide con el de las cuentas bancarias a las que están asociadas (Bloomberg).
La norma obliga además a las casas de cambio de criptomonedas a compartir con los bancos los movimientos que hacen los inversores. Y el gobierno surcoreano dejó abierta la posibilidad de cobrar impuestos a las transacciones e incluso prohibirlas.
Las mayores regulaciones ocurren en medio de dudas sobre la seguridad de las criptomonedas, luego de que un hackeo el viernes a un mercado de intercambio japonés provocara la pérdida de 523 millones de unidades de la moneda digital NEM por US$ 755.000 millones.
El ataque, que afectó a 260.000 clientes, reavivó los fantasmas de 2014, cuando un caso similar derrumbó a la entonces líder global Mt. Gox e hizo tocar fondo al Bitcoin, tanto que hasta se dudó de su continuidad.
Los expertos aseguran que en el ataque del viernes Coincheck pecó de "pereza" por no almacenar las criptomonedas de sus usuarios en una "billetera caliente", que está desconectada de la red y a salvo de ciberataques. Y también responsabilizan al regulador japonés por no haber obligado a aplicar estas medidas de seguridad.
Para los analistas, los mercados de criptomonedas "deberían ser regulados igual que los bancos" porque ofrecen servicios similares, por ejemplo exigiéndoles requisitos mínimos de liquidez para poder afrontar imprevistos.
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