El sistema chino de defensa HQ-9 tiene una apariencia y prestaciones muy similares a las del sistema ruso S-300. Un experto estadounidense intentó averiguar si solo se trata de una coincidencia o si es otro caso de una arma rusa copiada por el gigante asiático.
En su artículo para el medio The National Interest, Charlie Gao analizó la historia del desarrollo del HQ-9 para determinar hasta qué punto está relacionado con el S-300 ruso.
Ante todo, el columnista destacó que desde 1956 China no recibió ayuda de la URSS para el desarrollo de sistemas antiaéreos.
Por lo cual, en la época de las tensiones en las relaciones entre los dos países el sistema con el mayor alcance a disposición de China era el S-75. El país asiático solo desarrolló sistemas de alcance corto y medio como el HQ-61, y, HQ-6.
No obstante, mientras que la URSS y EEUU ya estaban implementando sus sistemas de largo alcance, los S-300-P-M-U, y, los Patriot, a China le faltaba un armamento de esta clase.
Los primeros prototipos del sistema de defensa aérea chino HQ-9 apareció en la década de 1980, aproximadamente al mismo tiempo que los sistemas soviéticos y estadounidenses, pero el desarrollo era muy lento, señala el autor.
Fue en los años 1990 cuando a China le surgió la posibilidad de adquirir los sistemas antiaéreos rusos S-300-P-M-U-1 y el país asiático aprovechó la situación.
En China aseguran que no hubo casos de ingeniería inversa para aprovechar las soluciones desarrolladas por los ingenieros rusos, pero el hecho de que el HQ-9 entró en servicio después que los sistemas rusos indica una evidente relación entre los dos sistemas, opina el autor.
Según Charlie Gao, en Occidente se tiende a creer en la versión rusa de que el HQ-9 fue desarrollado sobre la base del S-300. Además explica que la versión actualizada del sistema de defensa aérea chino, HQ-9-B, apareció después de la compra de los S-300-P-M-U-2 en 2004. Ahora estos sistemas tienen un alcance de entre 250 y 300 kilómetros.
Por ello cabría esperar que con la compra de los S-400 el desarrollo y la mejora del sistema antiaéreo Chino siga adelante. El autor opina que una de las mayores amenazas de un sistema así sería su competitividad en el mercado debido a un precio más bajo que el de los S-400.
Lo más probable es que en respuesta a la adquisición de los sistemas S-400 rusos por la India, Pakistán sea uno de los primeros compradores de los sistemas chinos.
No obstante, Rusia sigue exportando sus sistemas de defensa aérea más modernos a China, razón por la cual el autor concluyó que Rusia no se preocupa por las capacidades de los sistemas chinos y tiene la confianza de que las defensas aéreas del gigante asiático no podrán competir con las rusas.
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