Así es, el presidente estadounidense no se anda con rodeos y ha advertido que, si es necesario, utilizará la fuerza contra Irán para evitar que este país obtenga bombas nucleares.
Pero, ¿Por qué
precisamente en estos mismos momentos el presidente norteamericano se
atreve a amenazar a Irán cuando desde hace años se sabe que el país
persa tiene la capacidad de producir armas nucleares si lo desea?
Pues
creo la respuesta es obvia: Biden lo hace porque con ello trata de
desviar la atención de la opinión pública hacia otros asuntos antes que
hacia los temas realmente importantes.
¿y cuáles son esos temas
importantes? Pues, por supuesto, es el tema económico, porque
recordemos que actualmente en EEUU la inflación es la más alta no vista
en más de 41 años; asimismo, la contracción económica en la unión
americana ya es de un 1,6%; situaciones ambas que, unidas, dan como
resultado lo que se conoce como una estanflación.
Y eso es
precisamente lo que trata de ocultar Joe Biden a los ciudadanos
estadounidenses; es decir, trata de hacer que no vean la estanflación en
la que ya ha caído la economía norteamericana; y es precisamente por
esa razón que ahora amenaza a Irán con una acción militar sí considera
que los iraníes están haciendo intentos por obtener el arma nuclear.
Recordemos
que el principal método que tiene las grandes potencias, básicamente
las potencias anglosajonas y europeas, para remediar una mala situación
económica, es precisamente la guerra; pues con esta no solo ocultan los
problemas de fondo, sino que, también, estimulan la economía nacional
haciendo un mayor gasto en armas; lo que, a su vez, genera más fuentes
de trabajo porque la producción industrial se aumenta para así poder
suministrar las piezas que requiere la industria armamentística para,
precisamente, producir nuevas armas.
No por nada los medios
occidentales andan diciendo que La unión europea se está quedando sin
stock de armas, pues las que tenían supuestamente se han enviado a
ucrania para que este país se pueda defender de Rusia. Sin embargo, esa
supuesta escasez de armas será solucionada reactivando la industria
militar, lo que ayudará a mitigar un poco los problemas ocasionados por
las sanciones aplicadas contra Moscú. Porque recordemos que estas
sanciones antirrusas están pegando fuertemente a las economías europeas;
de tal forma que una manera de reactivar su economía sería,
precisamente, reactivando su industria militar.
Así que, esto de
decir que se están quedando sin stock de armas, es solo el pretexto
para reactivar su industria armamentística, y de paso deshacerse del
stock de armas viejas para sustituirlo con armas nuevas, armas más
avanzadas y más sofisticadas.
Además de estos beneficios obvios
para la economía europea, también se obtienen beneficios a través de la
venta de, precisamente, esas armas que han enviado al gobierno de Kiev.
Porque, contrario a la creencia popular, estas armas que está enviando
la unión europea a ucrania no son regaladas, sino que el gobierno
ucraniano se compromete a pagárselas en un futuro.
Pero en
preparación de esta guerra que viene, es que el presidente
estadounidense ha viajado a medio oriente, específicamente a Israel y
Arabia saudita, los dos principales enemigos de Irán, para planear esta
guerra contra el país persa.
Sin embargo, no solo ha viajado a
esos países para formar una coalición anti-iraní, sino que también ha
viajado para presionar al gobierno de Riad para que aumente la
producción de petróleo para, de esa manera, sustituir las importaciones
del crudo ruso y de esa forma perjudicar los ingresos económicos del
país eslavo.
También Joe Biden ha viajado a Arabia saudí para
presionar al gobierno saudita para que este se aleje tanto de Rusia,
como de china, así como para que deshaga sus planes de vender su crudo
solo en yuanes.
Porque no olvidemos que es precisamente el
petróleo saudí el que sostiene el dólar; pues, este país, Arabia
saudita, desde el año de 1973 ha estado vendiendo su petróleo
exclusivamente en dólares norteamericanos, sosteniendo de esa manera el
esquema del petrodólar. Y es esto precisamente lo que trata de evitar el
presidente norteamericano con su visita a Riad: Que Arabia saudita
abandone el uso del dólar para adoptar el uso del yuan chino y el rublo
ruso.
Y es que recordemos que este país, así como el mismo Irán,
más Turquía, han hecho su solicitud para ingresar al grupo de los
BRICS. Grupo encabezado precisamente por Rusia y por china, y conformado
también, además de ellos dos, por Brasil, la India y Sudáfrica.
Y
es a este grupo geopolítico y económico que arabia saudita se quiere
unir para dejar de lado a EEUU, así como a su petrodólar. Y es eso
precisamente lo que quiere evitar Joe Biden, por eso viajó a Riad para
convencer a las autoridades saudíes de que no lo hagan, además de para
motivarlos prometiéndoles acabar con su acérrimo rival, es decir, con
Irán.
Y es que, el gobierno saudita está descontento con
Washington porque consideran que este gobierno no los ha apoyado lo
suficiente en su guerra contra Yemen; es por eso que ahora buscan nuevos
socios y aliados integrándose al BRICS, además de que entienden
perfectamente que ahora mismo los vientos del desarrollo económico y del
liderazgo geopolítico soplan hacia el este, hacia Pekín y hacia Moscú.
No
olvidemos que Arabia saudita vende su petróleo en dólares desde el año
de 1973, dólares que cambia por bonos del tesoro estadounidense,
apoyando de esta manera la economía norteamericana, o, más bien,
subsidiando la economía estadounidense. He ahí el por qué el presidente
corrió asustado hasta Riad para pedir que no abandonen el petrodólar.
Porque
tampoco olvidemos que actualmente la deuda soberana estadounidense
ronda los 30 billones de dólares, un 1,6% el producto interno bruto de
la unión americana, además de que la subida de intereses por parte de la
reserva federal de los EEUU (la Fed), también ha provocado que en esa
misma medida aumenten los intereses de la deuda norteamericana, de tal
modo que ahora los estadounidenses tienen que aportar más dinero, mucho
más, tan solo para poder pagar los intereses de la deuda soberana.
Así
que, lo que buscan los norteamericanos es no perder su principal
soporte para su dólar, pues si Arabia saudita deja de vender su petróleo
en dólares, y además deja de comprar deuda estadounidense, entonces los
intereses de la deuda norteamericana se dispararán hasta las nubes, lo
que podría provocar un default por parte del gobierno norteamericano,
con el consiguiente desastre económico para su pueblo.
Estados
Unidos nunca ha tenido que declarar la suspensión de pagos de su deuda
nacional, pero estuvo muy cerca en 2011, cuando la mera posibilidad de
que eso ocurriera desató el caos en los mercados financieros e hizo que
Standard & Poor's rebajara la nota de solvencia del país.
Cada
cierto tiempo, Estados Unidos se asoma al impago de la deuda nacional,
porque a diferencia de otros países el gobierno estadounidense solo
puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que
tiene el poder de elevar ese techo según crea conveniente.
Que,
por otro lado, la reserva federal podría imprimir más dólares para pagar
ese aumento en los intereses de la deuda norteamericana, pero este
aumento en la impresión de nuevos dólares, provocaría un aumento
descomunal de su inflación, así como una devaluación brutal del mismo
dólar norteamericano.
Y todo eso es precisamente lo que trató de
evitar Joe Biden con su viaje a Arabia saudita; y estas promesas de
iniciar una guerra contra Irán, porque no olvidemos que esto de la
supuesta fabricación de bombas atómicas por parte de Irán no es más que
el pretexto para iniciar esta nueva guerra, es solo la motivación para
convencer a Riad de ceder ante sus exigencias (de Washington). Guerra
que, por otro lado, pretenden acabe con todos sus problemas económicos, y
que, además, mantenga el esquema del petrodólar sostenido por el
petróleo saudí.
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