La Unión Europea no busca entrar en guerra con Rusia y está utilizando las sanciones económicas como instrumento clave para contrarrestar la "agresión" de Moscú en Ucrania, declaró el máximo funcionario diplomático del bloque, Josep Borrell.
En un artículo para el medio japonés Yomiuri, el alto representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea sostiene que los seis paquetes de sanciones impuestos a Moscú por la Unión Europea desde finales de febrero han mostrado que "Europa puede responder cuando es provocada".
"La Unión Europea no quiere una guerra con Rusia, y las sanciones económicas son centrales en su respuesta a la agresión", subrayó Borrell.
Al detallar que esas medidas se dirigen actualmente contra unos 1.200 individuos y 98 organizaciones en Rusia, aseveró que "ya han empezado a surtir efecto y se aumentarán aún más en los próximos meses".
"En cuanto a las tecnologías avanzadas, Rusia depende en 45 % de Europa y en 21 % de Estados Unidos. Sólo en 11 % de China", dijo para de seguidas mencionar que las sanciones limitan la capacidad de producción de misiles de precisión como los que se están utilizando en la operación militar en Ucrania. Borrell añadió que las industrias automotriz, de aviación y de petróleo serán las más afectadas por las sanciones.
Dependencia de la energía
Según Borrell, uno de los "muchos errores de cálculo" que supuestamente cometió el presidente ruso, Vladímir Putin, fue que "probablemente pensó que Europa no tendría el valor de imponer sanciones por depender de la energía".
La Unión Europea se ha puesto como objetivo reducir las importaciones de petróleo de Rusia en 90 % para finales de 2022, y está procurando limitar asimismo sus importaciones de gas.
El alto diplomático de la Unión Europea admitió que las medidas adoptadas contra Moscú también han producido "serias dificultades a muchos Estados miembros de la Unión Europea y a algunos sectores de la economía".
"Pero este es el precio que hay que pagar para proteger las democracias y el derecho internacional. Estamos dando los pasos necesarios para abordar estas cuestiones con plena solidaridad", subrayó.
"Locas e irreflexivas"
Ya en abril pasado, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, acusó a la Unión Europea de haberse degradado hasta el nivel del "departamento de relaciones económicas de la OTAN". Lo dijo en respuesta a un tuit en el que Borrell afirmaba que el conflicto ucraniano "se ganará en el campo de batalla".
Desde finales de febrero, los países de la Unión Europea han estado suministrando activamente armas a Ucrania, a pesar de las múltiples advertencias de Rusia de que esto sólo prolongaría el conflicto.
Al comentar a mediados de junio las sanciones económicas contra Moscú, Putin las calificó de "locas e irreflexivas". Los intentos occidentales de "golpear la industria, las finanzas y el nivel de vida del pueblo", aseguró, han fracasado.
Ya antes acusó a los líderes europeos de sacrificar sus propias economías para reforzar el esfuerzo bélico de Ucrania, afirmando que estaban cometiendo un "suicidio" económico bajo "la presión de su señor estadounidense".
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