Así es, y por increíble que parezca, los líderes de la unión europea instan a sus ciudadanos a lavarse solo cuatro partes del cuerpo para de esta manera castigar al presidente ruso, Vladimir Putin.
La
forma de castigar a Putin sería, según los lideres europeos, dejándose
de bañar, y cuando lo hagan, solo lavarse cuatro áreas del cuerpo, esto
con el supuesto objetivo de ahorrar combustible y energía eléctrica para
de esa manera castigar a Vladimir Putin dejándole de comprar a rusia su
gas y su petróleo. Sin embargo, esa estrategia solo daña a los mismos
ciudadanos europeos; europeos que, de por sí ya tienen la mala fama de
que no se bañan, ahora con estas medidas esa fama estará plenamente
justificada, además de que el mismo hecho de no bañarse seguido puede
traerles incluso problemas de salud, y ya no se diga los problemas
sociales al oler mal.
Así que, Vladimir Putin no solo se mofa de
ellos, sino que los acusa de estar buscando culpables de los problemas
económicos que ellos solitos se crearon aplicando estas sanciones contra
el gas y petróleo rusos. Y lo más triste del caso, es que no solo
dependen del petróleo y gas ruso, sino que los europeos también dependen
del carbón mineral ruso, así como de sus suministros de plutonio y
uranio, elementos indispensables para el buen funcionamiento de sus
plantas nucleoeléctricas, así como de sus plantas productoras de
electricidad a través de la quema del carbón mineral. Así que, por donde
le busquen, todos los caminos llevan a Moscú, y aunque dejen de
importar gas y petróleo ruso, los tendrán que sustituir con las
importaciones de carbón mineral, plutonio y uranio rusos.
Es una
gran estupidez la de estos europeos, pues solo por darle el gusto al
tío Sam están destruyendo sus propias economías, condenando a sus
ciudadanos a la suciedad y a las enfermedades, pues no solo dejarán de
bañarse, sino que también pasarán frio durante el invierno, lo que puede
traerles problemas de salud respiratorios.
Por mientras ya los
ciudadanos alemanes están poniendo en práctica estas medidas y han
reducido la frecuencia con que se bañan en hasta un 33%.
Asimismo,
no solo se bañan con menos frecuencia, sino que también lo hacen por
periodos más cortos de tiempo, con lo que, en el futuro, la práctica de
bañarse puede convertirse en un mero lujo para los europeos; pues a
estos pasos que vamos, hacerlo, bañarse, puede ser insostenible para
muchos de ellos, o al menos bañarse seguido.
De esta forma, los
líderes de Europa buscan reducir el consumo de energía en hasta un 30%
con respecto hasta antes de las sanciones contra Moscú.
No
obstante, muchas estas medidas impactarán de manera muy negativa sobre
sus propias economías, pues la inflación seguirá en aumento, mientras
que la economía seguirá en contracción.
Como dice el refrán, el que ríe al último, ríe mejor, y Vladimir Putin ya lo está haciendo burlándose de estos tontos europeos.
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