El sábado, el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), en un reto a Israel, envió tres aviones no tripulados (dron) de reconocimiento no artillados hacia el yacimiento de gas de Karish en aguas del Mediterráneo disputadas con el régimen de Tel Aviv.
Tal y como ha informado este martes la cadena libanesa Al-Mayadeen citando a medios sionistas, los aviones de combate F-35 de Israel que fueron enviados a la zona para hacer frente a los drones de Hezbolá no lograron su misión y “el proceso de interceptación no tuvo éxito”.
De hecho, según indica la fuente, el régimen sionista se vio obligado a desplegar sus aviones de combate F-16 para derribar los potentes drones de Hezbolá.
La reciente revelación llega después de que medios sionistas informaran que la fuerza aérea israelí se había enfrentado a dificultades al derribar los drones de Hezbolá sobre Karish.
Además, el ejército israelí adujo sin presentar pruebas que se había traído abajo los aparatos antes de que pudieran sobrevolar el campo de Karish.
¿Cuál es la disputa en el Mediterráneo?
El Líbano e Israel están en desacuerdo sobre la frontera que separa sus zonas económicas exclusivas, un área en alta mar, donde se asienta el yacimiento de gas de Karish y que cada parte puede reclamar para la extracción de recursos.
Israel afirma que la frontera se extiende más al norte de lo que acepta El Líbano, mientras que Beirut defiende que se extiende más al sur de lo que acepta Israel, lo que deja un triángulo de aguas en disputa.
Después de que comenzaran las negociaciones indirectas en 2020, tanto El Líbano como Israel aumentaron sus reclamos territoriales. En una carta enviada a las Naciones Unidas, El Líbano dijo que Karish está en una zona en disputa en el Mediterráneo. Israel alega que este campo se encuentra en su zona económica exclusiva.
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