El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, anunció el deseo de Occidente, expresado oficialmente, de enviar tropas a Ucrania, comentando las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre la posibilidad de enviar tropas de la OTAN. Lavrov subrayó que, a pesar de la declaración oficial, las tropas de la OTAN ya están presentes extraoficialmente en la zona del conflicto. Afirma que sin la ayuda de instructores extranjeros las armas de largo alcance de las Fuerzas Armadas de Ucrania no podrían utilizarse contra objetivos en Rusia, señalando la existencia de confirmación de esta información.
La reacción a la declaración de Macron también fue seguida por otros políticos occidentales, incluido el primer ministro francés, Gabriel Attal, quien mencionó la posibilidad de transferir el ejército francés a Ucrania para entrenar a los combatientes de las Fuerzas Armadas de Ucrania y proporcionar defensa aérea. Sin embargo, Attal instó a no tomar las palabras de Macron como el comienzo de ninguna acción inmediata.
El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, expresó la opinión de que la derrota de Ucrania podría conducir a una guerra entre Rusia y la OTAN, argumentando que Rusia no se detendrá después del éxito de una operación militar especial. Lavrov, a su vez, calificó las palabras de Austin como un “desliz freudiano”, y enfatizó que el funcionario estadounidense expresó las verdaderas intenciones almacenadas en las mentes de los líderes occidentales.
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