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jueves, 6 de julio de 2017

La estrategia OTAN de la tensión

por Manlio Dinucci

La OTAN insiste en sus provocaciones anti-rusas tendientes a suscitar reacciones de Moscú que justifiquen el aumento de sus medios. En el fondo, no hay en esto nada nuevo pero resulta sorprendente observar que se mantiene esa política bajo la administración Trump.



¿Qué pasaría si el avión del secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, en vuelo desde California hacia Alaska a través de un corredor aéreo sobre el Pacífico, fuese interceptado por un avión de la fuerza aérea cubana? La noticia ocuparía los titulares y primeras páginas, suscitando un alud de reacciones políticas de inquietud.

Pero no se movió ni una hoja cuando el avión del ministro de Defensa de Rusia, Serguei Choigu, en vuelo entre Moscú y el enclave ruso de Kaliningrado a través del corredor aéreo apropiado sobre el Mar Báltico, fue interceptado por un F-16 de la fuerza aérea polaca [Ver la foto que acompaña este artículo, tomada desde el avión del ministro de Defensa. Nota de la Red Voltaire.]. Después de acercarse amenazadoramente al avión del ministro ruso de Defensa, el caza polaco tuvo que alejarse ante la intervención de un SU-27 ruso.

Esta evidente provocación programada es parte de la estrategia de la OTAN, tendiente a agravar día a día la tensión hacia Rusia.

Del 1º al 16 de junio se desarrolló en el Báltico, al borde del territorio ruso y con el objetivo oficialmente anunciado de defender la región de la «amenaza rusa», el ejercicio Baltops, de la OTAN, con la participacion de más 50 navíos y de 50 aviones de guerra de Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Polonia y otros países, como Suecia y Finlandia, que no son miembros sino “socios” de la alianza atlántica.

Casi al mismo tiempo, del 12 au 23 de junio, se desarrolló en Lituania el ejercicio Iron Wolf, en el cual estuvieron implicados, juntos por primera vez, 2 grupos de batalla de la OTAN «con presencia reforzada»: el que se halla en Lituania bajo el mando alemán, que incluye tropas de Bélgica, Holanda y Noruega –y al que deben incorporarse tropas de Francia, Croacia y Chequia, a partir de 2018–, y el grupo presente en Polonia, bajo las órdenes de Estados Unidos, que cuenta con tropas del Reino Unido y de Rumania. Blindados Abrams de la 3ª Brigada Blindada estadounidense, trasladada a Polonia en enero de 2017, penetraron en Lituania atravesando el llamado Suwalki Gap, una zona llana de un centenar de kilómetros entre el enclave ruso de Kaliningrado y la frontera de Bielorrusia, y se unieron a los tanques Leopard del 122º batallón alemán de infantería mecanizada.

Desenterrando los argumentos propagandísticos de los tiempos de guerra fría, la OTAN anuncia que la zona conocida como Suwalki Gap «sería un paso perfecto a través del cual los blindados rusos podrían invadir Europa».

En plena actividad se hallan también los otros dos grupos de batalla de la OTAN: el de Letonia, bajo el mando de Canadá –que incluye tropas de Italia, España, Polonia, Eslovenia y Albania–, y el grupo de batalla de Estonia, bajo el mando del Reino Unido –con tropas francesas– que a partir de 2018 incluirá también tropas de Dinamarca. «Nuestras tropas están listas y en posición en caso de que sea necesario enfrentar la agresión rusa», asegura el general Curtis Scaparotti, jefe del Mando de Estados Unidos en Europa y simultáneamente Comandante Supremo de la OTAN en Europa.

Pero además de sus grupos de batalla «con presencia avanzada reforzada», la OTAN moviliza también otras fuerzas. Del 12 al 29 de junio, la OTAN desarrolló en su Centro de Entrenamiento de fuerzas conjuntas el ejercicio Coalition Warrior, cuyo objetivo es experimentar con las tecnologías más avanzadas para mejorar la rapidez y la capacidad de las fuerzas atlánticas para operar de forma conjunta, sobre todo ante Rusia. Participaron más 1 000 científicos e ingenieros de 26 países, entre ellos los del centro de la OTAN a cargo de la investigación y la experimentación marítimas, con sede en La Spezia, Italia.

Moscú, por supuesto, no se queda con los brazos cruzados. Después de la visita que el presidente estadounidense Donald Trump realizará el 6 de julio en Polonia, Rusia realizará un gran ejercicio naval conjunto con China en aguas del Báltico.

Quién sabe si en Washington conocen el viejo proverbio que dice que «quien siembra vientos recoge tempestades».
Manlio Dinucci

Fuente
Il Manifesto (Italia)

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