Varias compañías de biotecnología en Estados Unidos se están beneficiando con la venta de muestras de sangre de pacientes recuperados.
Un informe del diario estadounidense The New York Times, publicado el viernes, revela que algunas compañías de biotecnología han obtenido enormes ganancias por la venta de muestras de pacientes que se han recuperado de la enfermedad causada por el nuevo bicharraco.
Estas muestras, según el The New York Times, a menudo se toman de voluntarios que no saben que su sangre es vendida a laboratorios para producir vacunas o anticuerpos contra el bicho.
De este modo, reconociendo una extraña oportunidad, tales compañías están tratando de sacar provecho de la escasez, solicitando donaciones de sangre y vendiendo las muestras a precios elevados, en una práctica que ha sido condenada por los profesionales médicos.
Al respecto, el diario neoyorquino menciona un ejemplo: “Si mi donación de sangre pudiera ayudar a salvar la vida de alguien mayor o más vulnerable, sería una locura no querer ayudar a hacer eso”, dijo la señora Jenkins, de 42 años, de Washington D-C (la capital estadounidense).
Pero lo que la donante no sabía en ese momento era que la compañía Cantor BioConnect, con sede en el estado de California, estaba vendiendo las donaciones a laboratorios y fabricantes de pruebas a precios a veces exorbitantes, que iban desde 350 dólares hasta 40 mil dólares por una muestra rara de un solo donante, indica The New York Times.
Cuanto mayor sea el anticuerpo en la sangre, mayor será el precio de la muestra de sangre, explica el informe.
Este nuevo acto ilegal se suma a la escasez de equipos médicos y de protección personal, el desempleo, la tendencia ascendente del número de muertos y afectados, que indignan al pueblo norteamericano como evidencias de la mala gestión de su presidente, Donald Trump, ante la crisis.
De hecho, expertos en el tema aseguran que la situación se ha empeorado por la actitud del mandatario republicano que, en un principio, minimizó el problema e ignoró las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al respecto.
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