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lunes, 18 de mayo de 2020

El historial de agresiones contra Cuba que Washington pudo haber orquestado



El ataque más reciente a la embajada cubana en EEUU parece no ser un caso aislado, sino un episodio más de la serie de atentados que azotan a Cuba desde hace 60 años. El Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (CIHSE) sumó un total de 581 agresiones contra las representaciones cubanas en el exterior desde 1959.

Según el CIHSE, esta cifra incluyó atentados perpetrados contra las representaciones cubanas situadas en 41 países, dejando un total de 217 cubanos y 36 ciudadanos extranjeros fallecidos a raíz de los ataques.

La lista completa de agresiones la publica el medio Cubadebate. Sputnik, por su parte, te recuerda los atentados más sonados en la historia del país insular desde que triunfó la revolución de 1959.
La explosión de La Coubre

Fue un buque de vapor de origen francés que sufrió un sabotaje el 4 de marzo de 1960 mientras descargaba armas y municiones en el puerto de La Habana. Dos explosiones que se produjeron a bordo se llevaron las vidas de un centenar de personas y dejaron al menos 200 heridos.

Las autoridades cubanas calificaron estas explosiones de acto terrorista y acusaron a la CIA de haberlas organizado. De esta manera el país norteamericano pudo haber buscado frenar el abastecimiento de armas y municiones a Cuba provenientes de terceros países. Su objetivo final sería dejar al Estado insular indefenso ante una ofensiva orquestada desde Washington que en abril de 1961 se materializó en la invasión de Bahía de Cochinos.

Durante la ceremonia fúnebre al día siguiente de la explosión, el fotógrafo Alberto Korda tomó la foto de Ernesto Guevara que se convertiría en la imagen más popular del comandante.
El siniestro del vuelo 455 de Cubana

El 6 de octubre de 1976 dos bombas llegaron a explotar a bordo del Douglas DC-8 perteneciente a la aerolínea Cubana mientras que el avión cubría la ruta entre la isla de Barbados y Jamaica. Unas 73 personas fallecieron a raíz de aquel atentado. Entre ellos 24 miembros del equipo nacional juvenil de esgrima, quienes regresaban a Cuba luego de haber ganado todas las medallas de oro en el Campeonato Centroamericano y del Caribe.

Las pruebas presentadas posteriormente implicaron a varios individuos antirrevolucionarios que supuestamente mantenían vínculos con la CIA. Por ello, el accidente rápidamente tuvo implicaciones políticas después de que el Gobierno cubano acusase a EEUU de ser cómplice en el siniestro del avión.

Ese mismo año, las autoridades de Caracas arrestaron al cubano nacionalizado venezolano Luis Posada Carriles por ser uno de los autores intelectuales de aquel atentado. Tras varios intentos de fuga, finalmente logró escaparse en 1985 y se trasladó clandestinamente a Centroamérica, donde continuó sus operaciones contra el Estado cubano.

Sin embargo, posteriormente Carriles fue condenado por la justicia panameña a ocho años de prisión por haber participado en una conspiración, cuyo objetivo era atentar contra la vida del presidente cubano Fidel Castro. El ataque tenía que implementarse durante la X Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno programada para el 17 y el 18 de noviembre de 2000.

El presidente estadounidense George W. Bush se vio obligado a utilizar toda su influencia para presionar a la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, y que indultase a Carriles unos días antes del fin de su mandato. Como resultado, en 2004 Luis Posada Carriles pudo refugiarse en EEUU sano y salvo y se incorporó al Ejército estadounidense.

El opositor cubano vivió en el país norteamericano hasta su muerte, el 23 de mayo del 2018, en un geriátrico de la Administración Nacional de Veteranos. Durante todos esos años Washington se negó a extraditarlo a Cuba y a Venezuela para que pudiese ser juzgado por crímenes perpetrados en estos países.

En 2005 la CIA desclasificó documentos que apuntaban a que la agencia estadounidense había contado con información de inteligencia sobre los planes de terroristas de atacar un avión de la aerolínea Cubana. A su vez, el opositor del Gobierno cubano y exagente de la CIA Luis Posada Carriles rechazó haber estado personalmente involucrado en el atentado.
Explosiones en los hoteles de La Habana

El 4 de septiembre de 1997 el salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León detonó bombas en los hoteles Tritón, Copacabana y Chateau Miramar, situados en La Habana. La explosión en Copacabana se saldó con la muerte del turista italiano Fabio di Celmo.

Raúl Ernesto Cruz León fue reclutado y enviado a Cuba por el terrorista salvadoreño Francisco Antonio Chávez Abarca —considerado la mano derecha de Luis Posada Carriles— para cometer una serie de atentados en la isla. Se creía que Chávez Abarca organizaba en Centroamérica una red de terroristas por encargo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), que se estableció en Florida (EEUU) en 1981. Su objetivo era organizar atentados con bombas en las instalaciones turísticas de Cuba para afectar a su economía.

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