Estados Unidos confirma el derribo de su dron por la defensa antiaérea del Ejército yemení, apoyado por el movimiento popular Ansarolá.
Dos funcionarios estadounidenses han afirmado que el avión no tripulado modelo MQ-9 Reaper fue derribado el martes por la noche, mientras sobrevolaba la gobernación de Al-Dhamar, en el sureste de Saná, la capital yemení, que se encuentra bajo control del Ejército y Ansarolá.
El dron en cuestión, al parecer, fue derribado por un misil tierra-aire de los combatientes de Ansarolá, ha indicado este miércoles uno de los informantes a la agencia británica de noticias Reuters en condición de anonimato.
El otro, que tampoco quería ser indentificado, no obstante, se ha mostrado más prudente, al opinar que aún es “muy pronto” decir quién era responsable del derribo del avión no tripulado estadounidense.
Más temprano, el portavoz del Ejército de Yemen, el general de brigada Yahya Sari, ha señalado que la unidad antiaérea del país logró interceptar y derribar anoche el dron, de fabricación estadounidense, mientras se encontraba en el espacio aéreo de Al-Dhamar.
No es la primera vez que EE.UU. pierde un dron en Yemen. Las fuerzas yemeníes también lograron derribar el pasado 7 de junio otro dron MQ-9 de la Fuerza Aérea de EE.UU., cuando se encontraba en las regiones occidentales del país.
Estados Unidos usa sus drones en la región para lanzar, presuntamente, ataques contra posiciones de Al-Qaeda, grupo extremista que sigue vivo en la península arábiga pese a muchos años de supuestas incursiones aéreas de EE.UU.
A los frecuentes bombardeos de EE.UU. en el país más pobre del mundo árabe, se sumó el 26 de marzo de 2015, la agresión de Riad y sus aliados, en un intento por restaurar en el poder al fugitivo expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi —un estrecho aliado de Riad que apoya la intervención militar en su país— a través de derrocar a Ansarolá, que forma parte del Gobierno de Salvación Nacional del país.
Sin embargo, tras más de cuatro años de agresión, no han logrado cumplir con la misión, pese al apoyo incondicional de EE.UU. y sus aliados, gracias a la resistencia de las fuerzas yemeníes que nombran el 2019 como el ‘año de drones yemeníes’.
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