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sábado, 24 de marzo de 2012

Un golpe mas


Presentan libro sobre la obligación de la jerarquía católica de rendir cuentas por los abusos sexuales de sacerdotes


Difusión Cencos México D.F., 23 de marzo de 2012
Boletín de prensa
DEMAC y Católicas por el Derecho a Decidir
  • Imposible mantener silencio ante el encubrimiento de la pederastia clerical por parte del Vaticano 
  • DEMAC y Católicas por el Derecho a Decidir presentan libro sobre la obligación del Papa de rendir cuentas por los abusos sexuales de sacerdotes
  • Se lanza cuarto capítulo de la serie animada Catolicadas donde se cuestiona la actuación omisa de la jerarquía ante este grave delito
  • DEMAC fortalece su línea editorial sobre la condición de las mujeres en la Iglesia
Con la finalidad de evidenciar la responsabilidad que ha tenido el Papa Benedicto XVI en la forma en que ha operado el sistema legal secreto del Vaticano, que protege a sacerdotes pederastas de todo el mundo a fin de evitarles un juicio penal, Documentación y Estudios de Mujeres (DEMAC) y Católicas por el Derecho a Decidir, presentan el libro El caso del Papa, escrito por el distinguido abogado y juez británico Geoffrey Robertson.
En este libro el autor se pregunta ¿el Papa es responsable desde el punto de vista legal o moral de la negligencia que ha permitido que tantos y tan terribles delitos queden sin castigo? ¿Él y la Santa Sede, el eje de su poder, deberían seguir disfrutando de una inmunidad que los coloca por encima de la ley? El autor hace un análisis del estatus que el Vaticano se ha abrogado de ser un Estado, con el beneplácito de la mayoría de los gobiernos del mundo, a pesar de que no cumple con los requisitos básicos en materia de derechos humanos. 
La tradición católica establecida en el Código de Derecho Canónico sostiene desde hace muchos años, que ciertos pecados graves, por su naturaleza, descalifican a un hombre para continuar en el ejercicio público del sacerdocio. Un sacerdote que abusa sexualmente de niños ha distorsionado claramente su imagen como representación viva de Jesucristo, quien pedía que los niños pequeños se acercaran a él [Lucas 18:16].
A diferencia de esta tradición, el Vaticano ha mantenido una política institucional de encubrimiento de los responsables de estos delitos, desde que el Cardenal Ratzinger, actual Papa, presidía la Congregación para la Doctrina de la Fe (1981-2005), instancia encargada de custodiar la doctrina católica. A pesar de las disculpas públicas de Benedicto XVI y del discurso de que la Iglesia está tomando medidas drásticas para frenar este tipo de abusos, la política del silencio del Vaticano fue reforzada en 2010 al emitir unas Normas Sustantivas en donde se afirma que los miembros de la Iglesia que conozcan de casos de pederastia están sujetos al secreto pontificio, es decir que de hacerlo público recibirán una sanción. Más sorprendente aún es el hecho de que estas Normas consideran la ordenación sacerdotal de mujeres como un delito más grave que la pederastia.
Desafortunadamente en México están dos de los casos más escandalosos de sacerdotes pederastas que han quedado en la impunidad. Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, un criminal que violó a cientos de niños, incluso a sus propios hijos. Y Nicolás Aguilar, acusado de violar a más de cien niños en México y EUA, encubierto por el Cardenal Rivera Carrera, quien enfrenta una demanda penal por esta razón.
En este contexto, Católicas por el Derecho a Decidir presenta el cuarto capítulo de la serie Catolicadas titulado Sor Juana vuelve a soñar, en el cual la protagonista conversa con Dios para decirle que está triste por la visita del Papa a México y le habla sobre el abuso sexual de niños y niñas que él ha encubierto. Frente a esta denuncia Dios toma una decisión drástica.
Por su parte DEMAC contribuye con una línea editorial que le da voz a la desventajosa situación de las mujeres en la Iglesia y que pone al alcance de una vasta audiencia una posición crítica y bien fundamentada de las bases teológicas del patriarcalismo en su interior. Dios Padre ya no creo en ti, es una muestra de ello.
El silencio y los intentos de evadir la responsabilidad que le corresponde a la jerarquía católica conservadora, le han hecho mucho daño a nuestra Iglesia, por lo que exigimos:
  • Que se castigue debidamente a los sacerdotes pederastas aplicándoles las penas canónicas correspondientes de suspensión del ministerio sacerdotal y el sometimiento a las leyes civiles por este delito.
  • Reparación integral del daño a las víctimas y garantía de no repetición como lo establecen los estándares internacionales.
  • Que se realicen los cambios necesarios para que la estructura eclesial no se preste a la complicidad y al encubrimiento de estos delitos.
En el México de hoy no es posible aceptar el encubrimiento de la violación de los derechos humanos al interior de una institución que se erige como el estandarte de la fe y la moral.
Demandamos congruencia de las autoridades eclesiásticas con el sentir de la amplia mayoría de los fieles en México (87%) que exigen acciones drásticas contra los sacerdotes que cometen este tipo de abusos y crímenes (Encuesta de Opinión Católica 2010).

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