El Gobierno mexicano ha autorizado la primera “siembra piloto” de maíz
amarillo transgénico, un producto genéticamente modificado, lo que ha
suscitado una fuerte oposición por parte de las organizaciones
ecologistas en el país.
Este permiso, en fase piloto, abre la puerta a siembras masivas de maíz
transgénico con fines de comercialización en esta nación. Hasta el
momento el Ministerio de Agricultura mexicano, ha otorgado 67 permisos
para la siembra de este producto en etapa experimental, previa a la
piloto, a lo largo de unas 70 hectáreas en el norte del país.
Varias organizaciones sociales y ambientales afirman, que el Gobierno
con estas medidas está poniendo en riesgo la alimentación de los
mexicanos y la agricultura nacional.
Por su parte, las autoridades han anunciado que este proceso tardaría
años en pasar a la fase siguiente, ya que deben estudiar detalladamente
el producto.
“Hay gran cantidad de evidencia que demuestra que va a ser imposible mantener segregados
en coexistencia a escalas mayores, el maíz transgénico con el maíz
nativo de México. Prácticamente va a ser imposible mantener a los maíces
nativos libres de transgénicos si se libera el maíz transgénico a nivel
comercial”, dijo a RT Elena Álvarez-Buylla, investigadora del Instituto
de Ecología de la UNAM.
“Hay muchas siembras experimentales y los resultados han sido negativos
(…) Resulta imposible explicarnos, desde el punto de vista científico,
porqué el Gobierno está dando la espalda a la evidencia científica y,
está favoreciendo un interés particular, poniendo en riesgo un interés
público muy importante como es la diversidad del maíz nativo”, concluyó
la investigadora.
México es uno de los principales productores mundiales de maíz blanco,
que se usa normalmente para consumo humano. Sin embargo, este país
importa más de siete millones de toneladas anuales de maíz amarillo,
empleado para alimentar animales.
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