De acuerdo con un comunicado publicado este lunes en la página web del Ministerio de Defensa de Rusia, unidades de las fuerzas armadas rusas realizaron una serie de ejercicios antiaéreos con el objetivo de “detectar, seguir y destruir misiles de crucero de un supuesto enemigo” en la península de Crimea, que se reincorporó a la Federación Rusa, dejando de ser parte de Ucrania, en virtud de un referéndum celebrado en marzo de 2014.
“Los objetivos aéreos del supuesto enemigo fueron modelados electrónicamente con distintos parámetros de velocidad y altitud de vuelo, lo que añadió dificultad a la misión”, ha explicado la nota en la que se resalta el éxito de estos ejercicios para garantizar la capacidad de los sistemas de defensa ante amenazas extranjeras.
El Ministerio de Defensa ha puesto de relieve que los operadores de los sistemas S-400 y Pantsir cumplieron exitosamente su tarea, y ha subrayado que en Crimea se ha emplazado una agrupación militar capaz de garantizar su defensa frente a toda amenaza.
Los sistemas S-400, son capaces de abatir a alturas de entre 10 metros y 50 kilómetros objetos como aviones de tecnología “stealth”, misiles de crucero, tácticos y hasta balísticos con velocidades de vuelo de 4,8 kilómetros por segundo. Por otro lado, los Pantsir, que al igual que los S-400 pueden montarse en vehículos, combinan misiles tierra-aire de corto y medio alcance con cañones antiaéreos automáticos.
Desde que Crimea volvió a ser parte de Rusia, Moscú y Kiev, este último apoyado por el Occidente, siguen sin poder superar las brechas que surgieron a raíz de dicha decisión, que condujo a Kiev a involucrarse en una campaña bélica contra los grupos independentistas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en el este del territorio ucraniano, justamente al lado de la frontera rusa.
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