El hundimiento del submarino nuclear ruso Kursk, en 2000, fue resultado del choque con un sumergible de la OTAN, dijo a Sputnik el entonces comandante de la Flota del Norte, almirante Viacheslav Popov.
Además, el alto mando militar afirma estar seguro "al 90%" de conocer el nombre de ese buque, aunque no puede declararlo sin presentar pruebas sólidas.
"El submarino que colisionó con el Kursk había estado vigilándolo y, con el estado del mar y demás condiciones en aquel momento, habría sido incapaz de garantizar la seguridad. Se habría acercado demasiado o, debido a una maniobra del Kursk, lo habría perdido de vista. Conozco su nombre con una probabilidad del 90%, pero necesito tener y presentar pruebas para revelarlo (...) Un submarino de la OTAN que estaba en aquella zona", declaró Popov.
No es la primera vez que Popov atribuye el accidente del Kursk a la colisión con otro submarino. En un documental emitido en el año 2000, el almirante señaló que la "hipótesis principal es el choque con otro sumergible, aún no identificado, que habría golpeado accidentalmente la parte más vulnerable de nuestro navío". Sin embargo, no mencionó entonces la filiación de ese submarino, ni dijo conocer su nombre.
El excomandante de la Flota rusa del Norte se mostró convencido de que el submarino extranjero "también sufrió daños" debido a la colisión con el Kursk y la subsiguiente cadena de detonaciones.
"Permaneció en el fondo durante algún tiempo, hasta que recuperó la movilidad, y se dirigió luego a su base, algo que nuestros aviones antisubmarino detectaron cerca de las costas noruegas", dijo Popov.
En tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se abstuvo de comentar la hipótesis del almirante Viacheslav Popov sobre el hundimiento del Kursk.
"[Esa hipótesis] No la voy a comentar en absoluto. Ya saben que hubo una investigación y se llegó a una conclusión definitiva al respecto, por eso no queremos comentar otras hipótesis", dijo Peskov a la prensa.
Desde que ocurrió el accidente, la teoría de una presunta colisión fue ampliamente divulgada, especialmente si se tiene en cuenta que efectivamente había tres submarinos de la OTAN en la región aquel día. Sin embargo, múltiples expertos en la materia destacaron que normalmente el seguimiento de un submarino se produce en forma de persecución, lo cual hace muy poco probable un choque frontal. Además, la explosión fue de tal magnitud, que también es poco probable que otro submarino que hubiese estado cerca del Kursk hubiese salido sin sufrir daños fatales.
Según algunos informes, el submarino de la OTAN que se encontraba en el área estaba navegando a una profundidad de uso del periscopio, razón por la cual tampoco sería posible el choque contra el Kursk, que se encontraba a una profundidad de más de 100 metros.
Además, los datos recolectados por geofísicos, que se dedican a estudiar la actividad sísmica en la región, solo registraron dos explosiones, sin que hubiera indicios de un choque entre dos sumergibles. El segundo registro, que ya fue identificado como la segunda y más fuerte explosión, corresponde al estallido de varios torpedos y tuvo una potencia de entre tres y siete toneladas de TNT. Tras analizar este registro y compararlo con el primer registro, llegaron a la conclusión de que el primero correspondía a la explosión de un solo torpedo.
El Kursk se hundió el 12 de agosto del 2000 en el mar de Barents, a unos 175 kilómetros de la base naval de Severomorsk, cuando participaba en un ejercicio de la Flota del Norte. La causa oficial del siniestro, que ocurrió a una profundidad de 108 metros y costó la vida a los 118 tripulantes del submarino nuclear, es la detonación de un torpedo defectuoso que hizo estallar a otros.
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