"La intención de la OTAN de continuar inflando a Ucrania con armas, incluidos los sistemas de defensa antiaérea, muestra una cosa: EEUU y sus aliados de la OTAN no están interesados en solucionar la situación de crisis en este país", dijo Zajárova en un comunicado publicado en la página web de la Cancillería rusa.
La diplomática rusa criticó a los líderes de la Alianza Atlántica que después de su reunión virtual del 25 de febrero afirmaron "hipócritamente" que "el fundamento de la paz en el continente europeo se ha hecho añicos".
Así, Zajárova recordó que "los países de la OTAN que observaron en silencio como EEUU destruía el Tratado sobre Misiles Antibalísticos", "se mantuvieron aparte cuando Washington salía unilateralmente del Tratado INF [sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio]", y "permitieron a los estadounidenses renunciar a la participación en el Tratado de Cielos Abiertos, con lo que éste quedó devaluado como mecanismo efectivo de control de la actividad militar". Fueron los aliados de la OTAN, apuntó, que "tomaron parte en los bombardeos de Yugoslavia, el ataque contra Libia, invadieron Irak", y "en 20 años llevaron a la degradación completa la situación en Afganistán".
"Antes de pedir cuentas a Rusia por la operación para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, los países del bloque del Atlántico Norte deberían primero responder por sus propias aventuras militares, así como por la falta de acción para alentar al régimen de Kiev a una solución pacífica del problema de Donbás", subrayó la portavoz del ministerio ruso.
Zajárova subrayó que "los países de Occidente llevaron ocho años observando indiferentes el asesinato y el abuso de miles de civiles del sureste de Ucrania".
"De hecho, se han hecho cómplices del genocidio multianual de los habitantes de las RPL y la RPD", dijo, refriéndose a las repúblicas rebeldes de Donbás.
En opinión de la diplomática rusa, los intentos de la OTAN de acusar de agresión a Rusia son "infundados", sobre todo en el contexto de su "falta de voluntad para verdaderamente fortalecer la seguridad en Europa sobre la base del principio de seguridad igual e indivisible".
En la madrugada del 24 de febrero el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el lanzamiento de una "operación militar especial" en el territorio de Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, ya reconocidas por Rusia como Estados soberanos, solicitaron ayuda frente a la agresión por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es "la desmilitarización y la desnazificación" de Ucrania. El mandatario ruso también amenazó con llevar a juicio a los autores de "numerosos crímenes sangrientos contra civiles", pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que los ataques militares no están dirigidos contra ciudades ucranianas ni ponen en peligro a la población civil, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
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