Rusia “apoya” las acciones de Serbia ante el repunte de las tensiones en Kosovo para poner fin a las tensiones y niega papel alguno en la crisis.
“Tenemos unas relaciones de aliados muy estrechas, históricas y espirituales con Serbia, y, por supuesto, apoyamos a Belgrado en las acciones que está tomando”, ha afirmado este miércoles el vocero de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, agregando que su país continúa de manera “muy atenta” sobre lo que está pasando en Kosovo y no juega ningún papel en esta tensión.
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, mandó el domingo al jefe del Ejército, el general Milan Mojsilovic, a la frontera con Kosovo, donde la comunidad serbia ha levantado barricadas en un nuevo aumento de tensiones en este joven país balcánico.
Un día después, conforme al ministro de Defensa, Milos Vucevic, el Gobierno serbio puso en estado de alerta reforzada a sus tropas y aumentó la presencia militar serbia en la región, de 1500 a 5000 soldados.
En este sentido, Peskov ha aseverado que “es natural que Serbia defienda los derechos de los serbios que viven al lado en condiciones tan difíciles y reaccione con severidad cuando se violan sus derechos”.
En la misma jornada, Vucevic ha asegurado al canal televisivo suizo RTS, que el país está dispuesto a llegar a “un acuerdo” con Kosovo, pero no dio más detalles. De hecho, Serbia no reconoce la independencia de su antigua provincia meridional —poblada mayormente por personas de etnia albanesa—, que fue declarada en 2008.
Cientos de serbokosovares han bloqueado carreteras en el norte de Kosovo desde el pasado 10 de diciembre para protestar por la detención de un expolicía serbio, lo que paralizó la circulación hacia dos puestos fronterizos con Serbia.
El martes, decenas de manifestantes en el lado serbio de la frontera usaron camiones y tractores para bloquear el tráfico que conduce al puesto fronterizo más grande entre los dos países. Kosovo calificó la medida de “bloqueo ilegal” y cerró el cruce el miércoles.
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