Occidente, liderado por Washington, cuya "mentalidad de dominio no ha desaparecido", actualmente está en guerra contra Rusia para agotar el país hasta "el punto que le parezca suficiente a los estadounidenses", declaró el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una amplia entrevista emitida este miércoles.
Guerra occidental contra Rusia
En la entrevista concedida al programa 'Bolshaya Igrá' (Gran Juego) de la cadena rusa Pervyi Canal este miércoles, Lavrov habló de las perspectivas en las relaciones entre Rusia y Occidente y de la operación militar rusa en Ucrania, en la que se ha declarado una guerra indirecta contra Moscú. Así, el canciller se refirió a un reciente artículo del exsecretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger, según el cual "dos potencias nucleares compiten por un país [Ucrania] que solo tiene armas convencionales a su disposición".
"Es un reconocimiento sincero de quién está en guerra con quién. Occidente, encabezado por una potencia nuclear, EEUU, está en guerra contra nosotros. Esta guerra nos fue declarada hace mucho tiempo: después de que se perpetrara el golpe de Estado en Ucrania orquestado por EE.UU. y apoyado por la Unión Europea, después de que nadie pensara cumplir los Acuerdos de Minsk, como finalmente se pone en evidencia. [La excanciller alemana], Angela Merkel, lo confirmó de nuevo", afirmó.
Al mismo tiempo, a su juicio, el desarrollo de la guerra declarada al país euroasiático por Occidente, no depende en gran medida de las decisiones de toda la Alianza, sino de su líder, Washington. "Occidente ha unido sus filas. Pero no se produjo por la 'llamada del corazón' de cada miembro de la Alianza. Las apretó, ante todo, EE.UU. La mentalidad de dominación no ha desaparecido", declaró, señalando que no solo la OTAN, sino toda Europa "obedeció completamente al rumbo occidental".
Occidente, encabezado por una potencia nuclear, EEUU, está en guerra contra nosotros. Esta guerra nos fue declarada hace mucho tiempo: después de que se perpetrara el golpe de Estado en Ucrania orquestado por EE.UU. y apoyado por la Unión europea.
"En cuanto a cómo se ha percibido a Rusia todos estos años. [...] Los colegas occidentales decían que 'Rusia debe conocer su lugar'. Lo hicieron con mucho gusto", dijo, subrayando que esta idea se manifestó casi todos los años después de la desaparición de la Unión Soviética. Desde entonces, Occidente pensaba que Rusia "se convertiría en una parte del sistema occidental de globalización", que actualmente se llama sistema de "reglas", en el que se veía al país como un socio "menor" que posee los recursos necesarios para los intereses occidentales.
Estrecha relación entre Washington y las autoridades ucranianas
En cuanto a los Acuerdos de Minsk, Lavrov también recordó que para la cumbre del Cuarteto de Normandía celebrada en París en diciembre de 2019, se había preparado un texto consensuado de los acuerdos, el "primer punto" de los cuales fue el alto al fuego y la retirada de las fuerzas a lo largo de toda la línea divisoria, lo que "fue acordado por todos". Sin embargo, el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, declaró que no cumpliría ni firmaría un documento que estipulaba la retirada de fuerzas a lo largo de toda la línea, proponiendo elegir como máximo tres áreas de prueba.
Según explicó el canciller ruso, en ese caso, los estadounidenses enviaron una "señal": si Zelenski retiraba las tropas ucranianas a lo largo de toda la línea divisoria, Moscú nunca entregaría las repúblicas populares. "Le dijeron lo que he mencionado: si separan las tropas, reducirá significativamente su posibilidad de conquistar estos territorios por la fuerza. Solo quisieron tomarlos por la fuerza por una sola razón, y era que no querían implementar la parte de los Acuerdos de Minsk que incluye las condiciones del restablecimiento de la integridad territorial de Ucrania", afirmó, señalando que las condiciones fueron simples, como la seguridad de la lengua rusa o la existencia de la policía local, "como en EE.UU. en varios estados", entre otras.
Además, Lavrov destacó que nadie ocultaba que los militares ucranianos utilizaban activamente los datos de los satélites de EE.UU. para corregir el fuego y que los técnicos estadounidenses establecían los objetivos. "Sí, se ubican allí decenas, si no centenares, de militares estadounidenses. Ya se encontraban en Ucrania antes del golpe de Estado. El personal de la CIA ocupó por lo menos un piso en el Servicio de la Seguridad de Ucrania. Ahora hay un gran aparato del agregado militar", dijo, asegurando que los instructores militares no solo visitan el Ministerio de Defensa ucraniano, sino que también prestan servicios de consulta.
El proceso de formación de un nuevo orden mundial se acelerará, por supuesto, y ya se está acelerando. Será objetivamente una época histórica
En cuanto a los Acuerdos de Minsk, Lavrov también recordó que para la cumbre del Cuarteto de Normandía celebrada en París en diciembre de 2019, se había preparado un texto consensuado de los acuerdos, el "primer punto" de los cuales fue el alto al fuego y la retirada de las fuerzas a lo largo de toda la línea divisoria, lo que "fue acordado por todos". Sin embargo, el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, declaró que no cumpliría ni firmaría un documento que estipulaba la retirada de fuerzas a lo largo de toda la línea, proponiendo elegir como máximo tres áreas de prueba.
Según explicó el canciller ruso, en ese caso, los estadounidenses enviaron una "señal": si Zelenski retiraba las tropas ucranianas a lo largo de toda la línea divisoria, Moscú nunca entregaría las repúblicas populares. "Le dijeron lo que he mencionado: si separan las tropas, reducirá significativamente su posibilidad de conquistar estos territorios por la fuerza. Solo quisieron tomarlos por la fuerza por una sola razón, y era que no querían implementar la parte de los Acuerdos de Minsk que incluye las condiciones del restablecimiento de la integridad territorial de Ucrania", afirmó, señalando que las condiciones fueron simples, como la seguridad de la lengua rusa o la existencia de la policía local, "como en EE.UU. en varios estados", entre otras.
Además, Lavrov destacó que nadie ocultaba que los militares ucranianos utilizaban activamente los datos de los satélites de EE.UU. para corregir el fuego y que los técnicos estadounidenses establecían los objetivos. "Sí, se ubican allí decenas, si no centenares, de militares estadounidenses. Ya se encontraban en Ucrania antes del golpe de Estado. El personal de la CIA ocupó por lo menos un piso en el Servicio de la Seguridad de Ucrania. Ahora hay un gran aparato del agregado militar", dijo, asegurando que los instructores militares no solo visitan el Ministerio de Defensa ucraniano, sino que también prestan servicios de consulta.
El proceso de formación de un nuevo orden mundial se acelerará, por supuesto, y ya se está acelerando. Será objetivamente una época histórica
Prioridad absoluta de la operación militar rusa
Al ser consultado sobre si se espera una mayor escalada del conflicto actual, el responsable de Asuntos Exteriores reiteró que las autoridades no tienen intención de ir en ese sentido y que solo tienen la determinación de garantizar el cumplimiento de los objetivos de la operación militar:La "prioridad absoluta" es liberar a cuatro nuevas regiones de Rusia de las amenazas de "nazificación" a las que estuvieron sometidas durante muchos años, y garantizar la seguridad de todos sus habitantes y el respeto de sus derechos.
No permitir que se creen o mantengan amenazas a la seguridad del país euroasiático en territorio ucraniano.
"No nos apresuramos. [...] Nuestra prioridad son las vidas de los soldados y civiles que están en la zona de las hostilidades. Somos un pueblo con gran paciencia. Basándonos en estos principios, vamos a defender a nuestros compatriotas, ciudadanos y territorios que han sido rusos durante siglos", declaró. También subrayó que las tropas rusas no llevan a cabo "ninguna operación espontánea, ofensiva y vistosa como lo hace la parte ucraniana", que no quiere "tener en cuenta las pérdidas" para "lograr un efecto mediático aquí y ahora con la finalidad que Occidente siga alabando a los dirigentes actuales como representantes de la verdadera democracia, y Zelenski sea el héroe de todos tiempos, por eso no hay que negarle nada".
Conversaciones de paz
De acuerdo con Lavrov, el reconocimiento por parte de Kiev de los territorios nuevos de Rusia, cuyos ciudadanos "no quieren vivir bajo el control del régimen [ucraniano] actual con una naturaleza y filosofía evidentemente nazi y racista", es una de las condiciones principales para las conversaciones de paz. Otra condición es la seguridad de todo el país euroasiático, que ha sido sometido a múltiples amenazas procedentes del territorio ucraniano debido a las acciones de EE.UU. allí.
Además, el canciller se refirió a las acusaciones hacia Moscú por rechazar las conversaciones de paz. Según sus palabras, la cronología de las negociaciones entre ambos países en la ciudad turca de Estambul demuestra que en aquel momento los ucranianos recibieron la orden de no continuar porque "no era el momento y porque no se había agotado a Rusia hasta el punto que les parecía suficiente a los estadounidenses". "Las declaraciones de 'Kiev está preparada' y Rusia 'no desea hacerlo' se hicieron mientras Kiev manifestó que no se sentaría nunca a la mesa de negociaciones hasta liberar 'sus territorios históricos de Ucrania y Crimea' y demás, hasta que Rusia 'declare su capitulación', pague 'las reparaciones' [...] y después de un tribunal. [...] Sería curioso verlo", señaló.
Al mismo tiempo, Lavrov habló de las constantes afirmaciones del presidente estadounidense, Joe Biden, quien afirmó que, para evitar una tercera guerra mundial, Ucrania debe ganar el conflicto. "No entiendo muy bien la lógica, porque luego dice que 'no vamos a entrar en una guerra abierta con Rusia, de lo contrario será la tercera guerra mundial'. Y al cabo de un rato añadió que 'necesitamos que Ucrania gane' para evitarlo", afirmó el canciller.
Orden basado en "reglas" que inevitablemente dejará de existir
Mientras tanto, al referirse al "orden basado en reglas" del que habla constantemente Occidente, Lavrov dijo que bajo estas palabras se ocultaba la aprobación de un "orden mundial neocolonial". "Cuando apareció este término, pedí a los colegas occidentales (ya que en aquel tiempo manteníamos contactos) que me entregaran la lista de reglas que se incluían. [...] Nadie nunca ha dado ninguna referencia a ninguna regla concreta sobre dónde se podía leer y cómo comportarse. La respuesta es simple: estas reglas significan que todos deben obedecer a EEUU, subrayó, señalando que nadie las ha visto nunca en la ONU ni en ningún otro lugar.
Añadió que muchos documentos doctrinarios estadounidenses declaran que Rusia es una amenaza inmediata, pero no porque vaya a atacar a nadie, sino porque ha desafiado este orden mundial.
En este sentido, dijo que estaba de acuerdo con la idea de que "la ruptura entre Occidente, que reclama la hegemonía y el control sobre la implementación de sus reglas en todo el mundo, y la mayoría global, tiene razones muy específicas". En su opinión, ha surgido gradualmente y la posición de Moscú, que alega "no poder seguir tolerando la humillación a los rusos y las amenazas a la seguridad del país en Ucrania", aceleró el proceso.
"Varios países se vieron obligados a tomar decisiones aquí y ahora. Debe ser complicado de hacer, dado lo encerrados que estaban en el sistema de globalización vertebrado por los estadounidenses y desacreditado por ellos mismos, porque Washington ha demostrado ser poco fiable como supervisor y operador de ese sistema", dijo.
Lavrov añadió que las autoridades chinas también se oponían a la hegemonía e insistían en que era necesario construir un orden mundial justo, mientras que los dirigentes de la India afirmaban que se guiarían por los intereses de su país. Destacó que Venezuela, Cuba, Nicaragua, México, Argentina y Brasil tampoco apoyaron las sanciones antirrusas. "El proceso de formación de un nuevo orden mundial se acelerará, por supuesto, y ya se está acelerando. Será objetivamente una época histórica", aseguró.
Mientras tanto, al referirse al "orden basado en reglas" del que habla constantemente Occidente, Lavrov dijo que bajo estas palabras se ocultaba la aprobación de un "orden mundial neocolonial". "Cuando apareció este término, pedí a los colegas occidentales (ya que en aquel tiempo manteníamos contactos) que me entregaran la lista de reglas que se incluían. [...] Nadie nunca ha dado ninguna referencia a ninguna regla concreta sobre dónde se podía leer y cómo comportarse. La respuesta es simple: estas reglas significan que todos deben obedecer a EEUU, subrayó, señalando que nadie las ha visto nunca en la ONU ni en ningún otro lugar.
Añadió que muchos documentos doctrinarios estadounidenses declaran que Rusia es una amenaza inmediata, pero no porque vaya a atacar a nadie, sino porque ha desafiado este orden mundial.
En este sentido, dijo que estaba de acuerdo con la idea de que "la ruptura entre Occidente, que reclama la hegemonía y el control sobre la implementación de sus reglas en todo el mundo, y la mayoría global, tiene razones muy específicas". En su opinión, ha surgido gradualmente y la posición de Moscú, que alega "no poder seguir tolerando la humillación a los rusos y las amenazas a la seguridad del país en Ucrania", aceleró el proceso.
"Varios países se vieron obligados a tomar decisiones aquí y ahora. Debe ser complicado de hacer, dado lo encerrados que estaban en el sistema de globalización vertebrado por los estadounidenses y desacreditado por ellos mismos, porque Washington ha demostrado ser poco fiable como supervisor y operador de ese sistema", dijo.
Lavrov añadió que las autoridades chinas también se oponían a la hegemonía e insistían en que era necesario construir un orden mundial justo, mientras que los dirigentes de la India afirmaban que se guiarían por los intereses de su país. Destacó que Venezuela, Cuba, Nicaragua, México, Argentina y Brasil tampoco apoyaron las sanciones antirrusas. "El proceso de formación de un nuevo orden mundial se acelerará, por supuesto, y ya se está acelerando. Será objetivamente una época histórica", aseguró.
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