La carrera por construir el sistema nuclear más rápido -el planeador hipersónico (HGV, por sus siglas en inglés)- gana fuerza. Mientras EE UU está claramente a la cabeza, Rusia y China no se encuentran muy lejos. Hay informes que sugieren que Moscú está influyendo en el programa HGV de China.
En un estudio titulado 'Tomando en cuenta a Rusia en la ecuación chino-estadounidense en los planeadores hipersónicos', el Instituto Internacional de Estudios para la Paz, se analizan esta colaboración.
En un contexto de mayores puntos de intersección en las posturas estratégicas de Rusia y China, así como en la percepción de las amenazas, sobre todo en la zona de Asia Pacífico - es posible que haya cierta colaboración en los programas hipersónicos.
Según el SIPRI hay dos aspectos que apuntan al nexo chino-ruso. Por un lado hay 872 textos en chino sobre el HGV en los que se menciona a Rusia, lo que supone que en el 52% de los artículos totales.
En segundo lugar, China realizó una prueba de vuelo de su sistema planeador DF-ZF en abril, pocos días después de que Rusia realizara la suya.
“Es más que una mera coincidencia. Un informe de hace una década escrito en chino sobre tecnologías hipersónicas y de planeadores revela el creciente interés en el programa ruso”, se dice en el informe de SIPRI.
El profesor He Qisong, experto en políticas de defensa en la Universidad de Shangái de Ciencias Políticas y Derecho, también cree que los cálculos de Rusia pueden dar forma a las decisiones de China respecto a los objetivos y alcance de su propio programa de planeadores supersónicos.
“Las pruebas hipersónicas de China y Rusia tienen la intención de amenazar a EE UU, que planea colocar un sistema de defensa antimisiles en Corea del Sur”, declaró al South China Morning Post.
El profesor He Qisong, experto en políticas de defensa en la Universidad de Shangái de Ciencias Políticas y Derecho, también cree que los cálculos de Rusia pueden dar forma a las decisiones de China respecto a los objetivos y alcance de su propio programa de planeadores supersónicos.
“Las pruebas hipersónicas de China y Rusia tienen la intención de amenazar a EE UU, que planea colocar un sistema de defensa antimisiles en Corea del Sur”, declaró al South China Morning Post.
Necesidad de un nexo
Al contrario que los misiles balísticos que viajan de manera parabólica -y predecible- hasta su objetivo, los HGV se deslizan por la estratosfera después de despegarse del misil impulsor. La fase de deslizamiento permite a los HGV acelerar hasta velocidades de 11.000 km/h y maniobrar de manera aerodinámica para evadir ser interceptados.
Los HGV son armas muy desestabilizadoras porque, al contrario que los misiles balísticos intercontinentales -que tardan hasta 30 minutos en llegar a los objetivos situados en la otra parte del planeta- los vehículos hipersónicos pueden llegar casi inmediatamente. Esto le da a la otra parte muy poco tiempo de alerta. Si por ejemplo alguien recibe una falsa alarma el dilema que surge es si lanzar un ataque o morir.
Actualmente EE UU es el líder en armas basadas en el espacio, dentro de su programa Conventional Prompt Global Strike (CPGS), que pretende llegar cualquier objetivo en menos de 60 minutos.
En estos momentos China y Rusia desarrollan una colaboración básica y teórica, pero las acciones de EE UU acercan cada vez más a estos países. Ya se han colocado los primeros elementos de una batería THADD de EE UU en la base Osan de Corea del Sur.
Según el teniente general Víktor Poznijir del Estado Mayor ruso, la idea de que China y Rusia se desvíen de la posibilidad de crear estas armas podría dar a EE UU el poder para lanzar un primer ataque que acabaría con los misiles rusos y chinos.
Poznijir declaró que tanto Pekín como Moscú han comenzado a preparar medidas contra EE UU, lo que incluye las maniobras de 2016 para repeler ataques de misiles con un sistema de defensa cerca de sus fronteras. Este año ambos países llevarán a cabo un ejercicio similar.
En estos momentos China y Rusia desarrollan una colaboración básica y teórica, pero las acciones de EE UU acercan cada vez más a estos países. Ya se han colocado los primeros elementos de una batería THADD de EE UU en la base Osan de Corea del Sur.
Según el teniente general Víktor Poznijir del Estado Mayor ruso, la idea de que China y Rusia se desvíen de la posibilidad de crear estas armas podría dar a EE UU el poder para lanzar un primer ataque que acabaría con los misiles rusos y chinos.
Poznijir declaró que tanto Pekín como Moscú han comenzado a preparar medidas contra EE UU, lo que incluye las maniobras de 2016 para repeler ataques de misiles con un sistema de defensa cerca de sus fronteras. Este año ambos países llevarán a cabo un ejercicio similar.
La cambiante postura de China
La naturaleza del arsenal nuclear chino ha sido disuasorio. Pekín guarda en silos la gran mayoría de sus misiles balísticos intercontinentales y las cabezas nucleares están separadas de los detonadores. Esto se hace para no entrar en una despilfarradora carrera de misiles con EE UU.
Aunque China está cambiando. Se cree que los planeadores hipersónicos podrían montarse en los misiles DF-21D. Parece que Pekín emula la postura rusa sobre contar con la capacidad para ser el primero en poder atacar objetivos en EE UU.
Hay también un emergente similitud entre las estructuras militares de ambos países. China a renombrado el Segundo Cuerpo de Artillería como la Fuerza de Misiles del Ejército de Liberación Popular, que se está reestructurando de manera similar a las Fuerzas Estratégicas de Misiles de Rusia, uno de los órganos militares más prestigiosos del país euroasiático.
Las armas nucleares son básicas para la percepción de poder de Rusia y China. Los avances de EE UU en HGV tienen el potencial de crear una ventana de vulnerabilidad en los sistemas de comandos, de control y comunicación de Moscú y Pekín. En este contexto no se puede descartar que converjan los intereses de ambos en el sector de armas hipersónicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario