"Teniendo en cuenta las diferentes actividades y misiones que hoy están buscando, específicamente, pruebas de vida extraterrestre, puedo decir que estamos a punto de hacer uno de los descubrimientos más profundos y sin precedentes de toda la historia".
Estas palabras, pronunciadas el pasado 29 de abril por Thomas Zurbuchen, Administrador Asociado del Directorio de Misiones Científicas de la NASA, ante el Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, dejan poco lugar para la duda. La NASA, en efecto, parece estar más convencida que nunca de que "la gran noticia" no tardará en llegar.
En su declaración ante el comité del del Congreso norteamericano, que puede verse en este enlace, Zurbuchen explicó, entre otras cosas, que avances como el reciente hallazgo de hidrógeno en la luna de Saturno Encelado, o los prometedores resultados del Telescopio Espacial Hubble en su análisis de los océanos de metano de la luna Europa, en Júpiter, o los resultados del rover Curiosity en Planeta Rojo, "que ha hallado evidencias de que Marte tuvo en el pasado la química adecuada para sustentar los ingredientes de la vida", son signos más que evidentes de que estamos "más cerca que nunca" de descubrir vida fuera de nuestro planeta.
"La búsqueda de vida en otros lugares- dijo Zurbuchen en su declaración- es un asunto interdisciplinario y en el que la colaboración es una necesidad. Para participar plenamente en esta búsqueda, es necesaria la convergencia de áreas como la biología, la heliofísica, las Ciencias de la Tierra, la astronomía, las ciencias planetarias y la búsqueda astrofísica de planetas similares a la Tierra que pudieran dar señales de vida. Juntos, los investigadores de todos estos campos están explorando una de las mayores cuestiones de nuestro tiempo".
"Más allá de nuestro sistema solar -prosigue Zurbuchen-, las misiones de la NASA están llevando a cabo una profunda transformación de nuestra comprensión de los planetas alrededor de otras estrellas, o exoplanetas. (...) Ahora, con misiones de la NASA como los telescopios espaciales Kepler y Spitzer, hemos descubierto más de 3.400 exoplanetas, y hay miles de millones más esperando a ser descubiertos solo en nuestra galaxia. El pasado febrero, el equipo del Spitzer anunció el hallazgo de siete mundos del tamaño de la Tierra, el mayor número encontrado hasta ahora alrededor de una única estrella, llamada TRAPPIST-1. Y tres de ellos están firmemente asentados en la zona habitable, el área alrededor de su estrella en el que un planeta rocoso puede albergar agua líquida. (...). Dado que las observaciones y el seguimiento de estos hallazgos están en una fase inicial, y al hecho de que se producen nuevos descubrimientos todas las semanas, puedo decir que lo mejor está aún por venir".
Misiones futuras
Para el Administrador Asociado de la NASA, los telescopios Spitzer, Hubble y Kepler seguirán ayudando a los astrónomos cuando éstos empiecen a utilizar el Telescopio Espacial James Webb, que se lanzará en 2018: "Con una sensibilidad mucho mayor, el James Webb será capaz de detectar las huellas químicas del agua, el metano, el oxígeno, el ozono y otros componentes de las atmósferas planetarias. Y también analizará las temperaturas y presiones superficiales de esos planetas, factores clave para determinar su habitabilidad".
"El año próximo -aseguró Zurbuchen- también se lanzará la misión Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS), que estudiará todo el cielo en busca de planetas cercanos, y a mediados de 2020 lanzaremos también el Wide Field Infrared Survey Telescope (WFIRST), que podrá obtener imágenes directas de los exoplanetas y estudiar su química atmosférica usando la luz que reflejan de sus estrellas".
Más adelante, irán llegando misiones cada vez más específicas y complejas. Ante los miembros del Comité del Congreso, Zurbuchen dijo que "la NASA está estudiando conceptos de misión que irán incluso más allá de estas misiones a corto plazo". Entre ellas, se incluyen la "Habitable Exoplanet Imaging Mission y la Large Ultraviolet/Visible/Infrared Surveyor, que operarán desde el infrarrojo hasta el ultravioleta, o el Telescopio Espacial Origins", que podrá observar el cielo en el infrarrojo medio".
"Para la astrobiología, -concluyó Zurbuchen- lo más importante es recordar que la respuesta a la pregunta de “¿hay vida ahí fuera?” requerirá avances científicos de muchos campos de la ciencia diferentes, incluyendo los que no están actualmente involucrados en esta apasionante tarea".
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