La canciller de Alemania, Angela Merkel, mostró una firmeza en sus relaciones con EEUU poco común para los políticos europeos. Con el fin de defender sus intereses nacionales se negó a cumplir las condiciones establecidas por el presidente estadounidense, Donald Trump, señala el analista Iván Danílov en su artículo para Sputnik.
Ultimátum de Trump
Hace dos semanas, The Wall Street Journal informó que el mandatario de Estados Unidos le pidió a la canciller alemana que dejara de dar apoyo a la construcción del gasoducto North Stream 2. A cambio, el líder estadounidense ofreció a Merkel negociar un nuevo acuerdo comercial entre las regiones para prevenir una guerra comercial entre EEUU y la Unión Europea.
Teniendo en cuenta que el Gobierno de EEUU introdujo aranceles para el acero y el aluminio europeos bajo el pretexto de una amenaza para la seguridad nacional de EEUU, se puede concluir que, en este caso, Merkel se negó a cumplir las condiciones de Trump.
"La Unión Europea ha pasado una etapa importante del examen por su derecho a ser uno de los poderes en un mundo multipolar, pero un final exitoso todavía está bastante lejos. Al menos porque Washington está preparando un nuevo paquete de sanciones contra la UE", comenta Danílov.
Según Foreign Policy, que hace referencia a "tres altos funcionarios de EEUU", la Administración Trump se está preparando para imponer sanciones a las empresas europeas involucradas en la construcción y la financiación del proyecto Nord Stream 2.
"No se detendrán ante nada para bloquear el Nord Stream", cita el medio a uno de los funcionarios estadounidenses.
Guerra de sanciones
El analista opina que los aranceles de EEUU no son más que nuevas sanciones, a pesar de que se llaman formalmente "medidas de protección de la seguridad nacional".
La UE ya ha respondido de forma simétrica a estas sanciones mediante la introducción de aranceles contra varias decenas de empresas estadounidenses.
Incluso el aliado más cercano de EEUU, Canadá, introdujo medidas de contraprotección contra Estados Unidos. Según Danílov, es un indicio de que ya no se les tiene miedo a los estadounidenses.
En este contexto, sería lógico que la UE respondiera también a las sanciones estadounidenses adicionales, relacionadas con el Nord Stream 2, e impusiera algunas medidas punitivas a las empresas estadounidenses.
"Una medida muy dolorosa para los estadounidenses sería la introducción de aranceles para las importaciones de gas natural licuado de EEUU a Europa, lo que aseguraría que Washington no se beneficiaría de las sanciones contra el gasoducto", señala el analista.
Danílov observa que entre los accionistas europeos del Nord Stream 2 solo Royal Dutch Shell tiene una actividad significativa en EEUU, lo que hace que sea vulnerable a las sanciones estadounidenses. El resto de los accionistas —Uniper, OMV, Engie, Wintershall— trabajan sobre todo fuera de Estados Unidos, y sus actividades se concentran en la Unión Europea, mientras que algunos incluso tienen importantes activos en Rusia.
Desde un punto de vista puramente financiero, incluso en caso de que uno o varios socios salgan del proyecto, Gazprom podría terminarlo solo, con el apoyo adecuado del Estado ruso. El único problema puede ser que a algunos políticos europeos no les guste esta situación, porque así las sanciones de EEUU darían lugar a un mayor fortalecimiento del papel de Gazprom como el único propietario del gasoducto.
Sanciones antirrusas
Según el analista, las sanciones estadounidenses pueden tener otro efecto imprevisto. Dado que los estadounidenses están involucrando en las negociaciones comerciales temas que no tienen nada que ver —por ejemplo, no hay conexión entre el Nord Stream y el acero europeo-, los políticos europeos podrían presionar sobre un tema especialmente doloroso para los estadounidenses: las sanciones antirrusas.
Como represalia contra EEUU el levantamiento de las sanciones antirrusas tiene una gran ventaja: esta medida no implica ningún daño a las compañías del viejo continente, sino todo lo contrario: les devuelve las oportunidades asociadas con el prometedor mercado ruso.
Así, en respuesta a una pregunta de un periodista del diario Österreich sobre la respuesta de la UE a las acciones de Estados Unidos, el vicecanciller de Austria, Heinz-Christian Strache, declaró:
"Es deseable que la UE reconsidere su posición. Las sanciones dañaron principalmente a la economía austriaca. Siempre me he pronunciado en contra de echar a Rusia a los brazos de China. Es hora de detener estas nefastas sanciones y normalizar las relaciones políticas y económicas con Rusia".
Sin embargo, la idea de contestar a Estados Unidos con un levantamiento de las sanciones antirrusas o un giro hacia Rusia en términos de cooperación militar y económica todavía no es muy popular entre los políticos europeos.
"Tampoco Europa es consciente de que todos los intentos de soportar y superar la época Trump son, de hecho, meros intentos de tumbarse en unos carriles con los ojos cerrados frente a la locomotora de la historia", señala Danílov.
Mientras tanto, según el analista, "la UE es viable económicamente sin EEUU, lo único que le falta es una protección militar fiable y no demasiado cara. Y Rusia podría proporcionársela".
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