Mientras arrecia la guerra comercial de Trump contra China no se puede soslayar que EEUU ha pasado también a una ofensiva multidimensional en varios frentes contra Beijing: desde el rubro militar hasta el segmento tecnológico.
En medio de la escalada comercial, el secretario del Pentágono, Jim Mattis, ha programado una próxima visita a China para dialogar sobre las tensiones de los contenciosos de Taiwán y el mar del Sur de China.
SCMP, portal chino con sede en Hong Kong controlado por la trasnacional Alibabá, destaca que "los lazos militares entre EEUU y China han empeorado" desde que "Washington desinvitó a Beijing a participar en los ejercicios militares multinacionales (RIMPAC, por sus siglas en inglés, los más grandes ejercicios de guerra marítima del mundo que se celebran cada dos años) en Hawái como respuesta a su edificación militar en el mar del Sur de China".
Durante el Foro de Seguridad del Diálogo Shangri-La en Singapur, el general Jim Mattis criticó a Beijing por sus reclamos territoriales y el despliegue de sus sistemas de armas, lo cual fue desechado como "ridículo" por el coronel chino Zhou Bo, ya que "es EEUU quien militariza el mar del Sur de China".
El general Mattis amenazó con abastecer a Taiwán de armas "necesarias para su autodefensa".
Para Zhang Ye, del portal chino Global Times, las tarifas punitivas de Trump —que serán efectivas a partir de julio— "tienen como objetivo frenar el desarrollo de alta tecnología de China".
Según The Financial Times (17.06.28), portavoz del neoliberalismo global, "China está ganando la carrera tecnológica global" entre "las primeras 50 empresas 'high tec', 26 son chinas y 16 son estadunidenses, sin ninguna de Europa", mientras que "entre las primeras 20 con un valor de mercado superior a los US$10,000 millones, 11 son chinas, 6 son estadunidenses y 2 son de la India".
Más aún: "varios banqueros en tecnología con sede en California invierten más en empresas de China que de EEUU".
A juicio de Global Times, la guerra comercial de Trump "quebrantará el orden económico mundial" en caso de que implemente su amenaza de imponer el 10% de tarifas a US$200.000 millones de bienes y servicios de China. Cita a expertos quienes aducen que mediante "un equilibrio de ingresos con el incremento de tarifas" Trump intenta compensar su promesa de recortar sus impuestos domésticos.
También es probable que Trump use las amenazas de guerra comercial como palanca para obtener más ganancias económicas.
Según Global Times, "además de las pérdidas directas de China y EEUU, una guerra comercial arrastrará a la economía global al caos, en el que los estadunidenses serán los primeros afectados" con los concomitantes incrementos de la tasa de desempleo e inflación.
¿Llegará Trump al masoquismo de dañar al grueso de sus electores a 5 meses de las cruciales elecciones intermedias de noviembre donde se juega su destino?
El economista chino Mei Xinyu, miembro de la Academia de Comercio Mundial y Cooperación Económica del Ministerio de Comercio, alertó sobre el ominoso espectro de una "guerra financiera" con EEUU que tendría consecuencias "más allá de la imaginación" cuando China usara sus reservas de dólares como arma.
El economista Mei Xinyu, catalogado previamente de 'moderado', adopta una postura dura de defensa en el rubro financiero y que va mas allá del inicio de la 'guerra geofinanciera' entre el dólar y el renminbi para la próxima generación.
Mei diagnostica que la "reacción de EEUU muestra que ha perdido su espíritu de lucha" y que hoy se encuentra en franco "declive".
Juzga que después de que China respondiera a la primera oleada de tarifas punitivas de EEUU, ahora que Trump se apresta a imponer tarifas por otros US$200.000 millones, China "extenderá el conflicto a otros rubros" como la venta de los Bonos del Tesoro de EEUU, por valor de más de un billón de dólares, además de deshacerse de sus reservas en dólares, aunque sea "económicamente doloroso".
Mei advierte que "EEUU y China son las mayores economías y los más amplios mercados financieros del mundo", pero con la gran diferencia de que "en EEUU el sector financiero juega un mayor papel que en China", por lo que "en ese sentido, EEUU es más vulnerable" en este rubro.
Mei destaca que conforme empeoren las cosas el derrotado en esta 'guerra financiera' será aquel que "pierda más rápidamente".
Por lo pronto, después de la amenaza de la nueva oleada de tarifas de Trump contra China por US$200.000 millones, las bolsas asiáticas, incluyendo las de China, han perdido la impresionante cifra de US$2,5 billones.
Mei concluye que China se encuentra ahora en una posición más fuerte que en la década de los noventa porque ha reducido su dependencia en las exportaciones, que se encuentran "por debajo del 20% del PIB", y se ha incrementado sustancialmente la participación del consumo doméstico.
El editorial del Global Times frente a la ofensiva multidimensional de Trump en todos los frentes —militar, financiero, tecnológico y comercial— se pregunta si "EEUU se movió para contener a China" con la misma estrategia que adoptó contra la ex-URSS.
Reconoce que "EEUU lleva ventaja sobre China en tecnología, defensa e influencia internacional", por lo que prevé que seguirá usando la "iniciativa estratégica contra China en el futuro inmediato".
Global Times comenta las "varias ventajas del rápido desarrollo de China" que ha conseguido de forma gradual y que ha "liberado su potencial para convertirse en un verdadero poder". En especial, su "incremento industrial y tecnológico es demasiado fuerte para resistir la contención externa" mientras que su "disuasión" en materia militar defensiva supera los incentivos de agresión externa.
Aconseja que China debe "evitar una plena competencia geopolítica o un choque estratégico con EEUU" y que su fortaleza para "resistir la presión de EEUU" reside en enfocarse "en sus asuntos domésticos", especialmente en dos rubros: 1. "Asegurar que su crecimiento económico supera a EEUU en calidad y en cantidad"; y 2. "La sociedad china debe permanecer unida".
El primer punto ya lo consiguió China, pero el segundo es muy elusivo cuando EEUU mantiene cercada a China y asfixia su salida al mar abultando los contenciosos del mar del Sur de China y de Taiwán, además de alebrestar la 'carta yihadista' —en la provincia islámica sunita de Xinjiang con el fin de entorpecer una de las conexiones de la estratégica Ruta de la Seda con Asia Central— y la 'carta budista' en el Tíbet para explotar las veleidades secesionistas.
Global Times admite que "la guerra comercial es actualmente la principal fuente de disputa en las relaciones de China y EEUU, pero las tensiones comerciales, al unísono del contencioso de Taiwán y la disputa del mar del Sur de China, no ocasionarán grandes olas" cuando lo que busca EEUU es "acosar a China" para obligarla a realizar concesiones.
Hasta cierto punto porque a China le gusta tirarse al suelo cuando está a punto de empatar y hasta de superar a EEUU en el rubro tecnológico, mientras la "influencia internacional" de EEUU se desvanece a pasos acelerados con sus derechos humanos enjaulados.
Es probable también que China cuente con el paraguas nuclear de Rusia, lo cual quizá explique la ofensiva multidimensional de Trump para calibrar y/o ponderar la cohesión de la supuesta asociación estratégica entre Beijing y Moscú, que Trump busca fracturar
Mei diagnostica que la "reacción de EEUU muestra que ha perdido su espíritu de lucha" y que hoy se encuentra en franco "declive".
Juzga que después de que China respondiera a la primera oleada de tarifas punitivas de EEUU, ahora que Trump se apresta a imponer tarifas por otros US$200.000 millones, China "extenderá el conflicto a otros rubros" como la venta de los Bonos del Tesoro de EEUU, por valor de más de un billón de dólares, además de deshacerse de sus reservas en dólares, aunque sea "económicamente doloroso".
Mei advierte que "EEUU y China son las mayores economías y los más amplios mercados financieros del mundo", pero con la gran diferencia de que "en EEUU el sector financiero juega un mayor papel que en China", por lo que "en ese sentido, EEUU es más vulnerable" en este rubro.
Mei destaca que conforme empeoren las cosas el derrotado en esta 'guerra financiera' será aquel que "pierda más rápidamente".
Por lo pronto, después de la amenaza de la nueva oleada de tarifas de Trump contra China por US$200.000 millones, las bolsas asiáticas, incluyendo las de China, han perdido la impresionante cifra de US$2,5 billones.
Mei concluye que China se encuentra ahora en una posición más fuerte que en la década de los noventa porque ha reducido su dependencia en las exportaciones, que se encuentran "por debajo del 20% del PIB", y se ha incrementado sustancialmente la participación del consumo doméstico.
El editorial del Global Times frente a la ofensiva multidimensional de Trump en todos los frentes —militar, financiero, tecnológico y comercial— se pregunta si "EEUU se movió para contener a China" con la misma estrategia que adoptó contra la ex-URSS.
Reconoce que "EEUU lleva ventaja sobre China en tecnología, defensa e influencia internacional", por lo que prevé que seguirá usando la "iniciativa estratégica contra China en el futuro inmediato".
Global Times comenta las "varias ventajas del rápido desarrollo de China" que ha conseguido de forma gradual y que ha "liberado su potencial para convertirse en un verdadero poder". En especial, su "incremento industrial y tecnológico es demasiado fuerte para resistir la contención externa" mientras que su "disuasión" en materia militar defensiva supera los incentivos de agresión externa.
Aconseja que China debe "evitar una plena competencia geopolítica o un choque estratégico con EEUU" y que su fortaleza para "resistir la presión de EEUU" reside en enfocarse "en sus asuntos domésticos", especialmente en dos rubros: 1. "Asegurar que su crecimiento económico supera a EEUU en calidad y en cantidad"; y 2. "La sociedad china debe permanecer unida".
El primer punto ya lo consiguió China, pero el segundo es muy elusivo cuando EEUU mantiene cercada a China y asfixia su salida al mar abultando los contenciosos del mar del Sur de China y de Taiwán, además de alebrestar la 'carta yihadista' —en la provincia islámica sunita de Xinjiang con el fin de entorpecer una de las conexiones de la estratégica Ruta de la Seda con Asia Central— y la 'carta budista' en el Tíbet para explotar las veleidades secesionistas.
Global Times admite que "la guerra comercial es actualmente la principal fuente de disputa en las relaciones de China y EEUU, pero las tensiones comerciales, al unísono del contencioso de Taiwán y la disputa del mar del Sur de China, no ocasionarán grandes olas" cuando lo que busca EEUU es "acosar a China" para obligarla a realizar concesiones.
Hasta cierto punto porque a China le gusta tirarse al suelo cuando está a punto de empatar y hasta de superar a EEUU en el rubro tecnológico, mientras la "influencia internacional" de EEUU se desvanece a pasos acelerados con sus derechos humanos enjaulados.
Es probable también que China cuente con el paraguas nuclear de Rusia, lo cual quizá explique la ofensiva multidimensional de Trump para calibrar y/o ponderar la cohesión de la supuesta asociación estratégica entre Beijing y Moscú, que Trump busca fracturar
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