El vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov, afirmó este martes que Estados Unidos no tiene manera de crear un sistema de defensa antimisiles que proteja su país al 100 %.
“Creemos que la Administración Biden podrá abordar seriamente en el futuro las preocupaciones que asociamos con este tema [de la defensa antimisiles]”, precisó el diplomático ruso durante un discurso en el Foro de Diálogo Fort-Ross.
En este sentido, dijo que Moscú considera una decisión fundamentalmente errónea, bajo la segunda Administración de Bill Clinton y luego durante la de George Bush Jr., comenzar a construir lo que ahora, a su juicio, parece “un sistema global de defensa antimisiles de múltiples capas”.
Para Riabkov con tal sistema EE.UU. es incapaz de crear un escudo 100 % impenetrable para sus enemigos y en el mejor de los casos, persiguió, podrán defenderse de ataques misilísticos limitados y desde direcciones muy concretas.
A modo de colofón, aseguró que el Kremlin vería con agrado cualquier paso por parte de EE.UU. que ayude a eliminar la incertidumbre con respecto al eventual uso de armas nucleares y que estaba abierta al diálogo con los representantes de la Casa Blanca sobre el tema en cuestión.
Las preocupaciones sobre la debilidad de Estados Unidos en la defensa surgieron cuando el pasado 29 de mayo, un buque de guerra estadounidense no logró interceptar un misil balístico de medio alcance durante una maniobra militar, informa la Agencia de Defensa Antimisiles del país norteamericano.
Según indican los expertos, la mayor dificultad a la que se enfrenta el escudo antimisiles de EE.UU. se produce en un momento en el que los misiles balísticos salen fuera de la atmósfera terrestre.
En un vídeo publicado en YouTube en 2016, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, desvela que la mayor dificultad a la que se enfrenta el Escudo Antimisiles de EE.UU. radica en detectar las ojivas de los misiles balísticos lanzados por un potencial enemigo para poder luego eliminarlas
Los expertos explican que la ojiva se separa del misil balístico intercontinental que la transporta en la segunda y tercera parte de la trayectoria del misil. Este proceso ocurre fuera de la atmósfera y provoca la aparición de una nube de escombros en la órbita terrestre.
Es precisamente en esta etapa cuando el sistema antimisiles necesita «reconocer» la ojiva de entre todos fragmentos que se separan del misil.
Como muestra el video, los radares estadounidenses pueden detectar la nube de escombros, pero tienen problemas a la hora de distinguir dónde está la ojiva en el interior de ella.
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