“En 2016, se registró un incidente inusual en la historia de las operaciones navales [...]. Los buceadores de las fuerzas de élite de Hezbolá llegaron a la zona fronteriza marítima al menos en una ocasión y cruzaron el lado israelí para examinar la tecnología de vigilancia bajo el agua de submarinos de Israel”, informó el viernes el portal israelí Walla News.
Según el medio, en otro caso ocurrido en el mismo año, un barco israelí estacionado en la frontera cayó en manos de las fuerzas de Hezbolá y fue llevado hacia El Líbano.
Por otro lado, hace unos años, se proporcionó información a la inteligencia israelí sobre la posibilidad de que el presidente sirio, Bashar al-Asad, decidiera entregar a Hezbolá el misil Yakhont (P-800 Oniks). Eso provocó las preocupaciones de las autoridades israelíes que han considerado como una amenaza el misil ruso, agrega Walla.
Todo esto ocurre mientras el líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, está invirtiendo fuertemente en avanzar las fuerzas navales de Hezbolá y preparándolos para una próxima guerra contra el régimen ocupante israelí.
A su vez, Tal Beeri, jefe del centro de investigación y educación israelí ALMA, ha indicado que Hezbolá ha desarrollado tres capacidades en el ámbito naval, es decir, atacar una plataforma definida como un objetivo estático muy grande, atacar una embarcación y asaltar las costas israelíes.
El funcionario israelí además ha indicado que la unidad naval de Hezbolá cuenta con decenas de soldados de una fuerza de élite, denominado Radwan.
Varios funcionarios y militares israelíes han expresado en reiteradas ocasiones su temor ante un estallido de una nueva contienda bélica con El Líbano y han pedido a sus autoridades que dejen de escalar las tensiones con Hezbolá y otros movimientos de la Resistencia, ya que, en caso de una guerra, ciudades como Tel Aviv y Haifa, dentro de los territorios ocupados palestinos, podrían enfrentar una lluvia de misiles.
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