Las Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. están involucrados en un programa de guerra de poder en una escala mucho mayor que la conocida anteriormente, informó el viernes el portal estadounidense The Intercept, según documentos exclusivos y entrevistas con más de una docena de funcionarios gubernamentales actuales y anteriores.
Desde 2018 a 2020, el Gobierno de Estados Unidos llevó a cabo actividades de contraterrorismo en 85 países, según la Universidad de Brown. Estas operaciones incluyen ataques aéreos y con drones, combates en tierra y los llamados programas de la “Sección 127e”, en los que las fuerzas de operaciones especiales de EE.UU. planifican y controlan las misiones de los ejércitos aliados.
Si bien The Intercept y otros medios habían informado anteriormente sobre las operaciones secretas del programa 127e del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) en varios países africanos, un nuevo documento indica que al menos 14 programas también estaban activos en el Asia Occidental, así como en la región de Asia y el Pacífico en 2020. En total, entre 2017 y 2020, los comandos estadounidenses llevaron a cabo al menos 23 programas 127e separados en todo el mundo.
Por su parte, Joseph Votel, un general retirado del Ejército que dirigió tanto el Comando de Operaciones Especiales como el Comando Central de EEUU, confirmó la existencia de estas operaciones no revelados anteriormente en Egipto, El Líbano, Siria, y Yemen, describiéndolas como esfuerzos de “contraterrorismo” de EE.UU. Otro exfuncionario del Pentágono, bajo condición de anonimato, dijo que también se había implementado una versión anterior del programa 127e en Irak.
Además, fue implementado en Túnez otro programa de la serie 127e, cuyo nombre en código es Obsidian Tower y nunca ha sido reconocido por el Pentágono. En esta operación, llevado a cabo en 2017, las fuerzas estadounidenses actuaron militarmente junto con personas locales contratadas.
Según The Intercept, otro documento secreto arroja luz sobre las características del programa, incluido el uso de la autoridad para brindar acceso a áreas del mundo que de otro modo serían inaccesibles incluso para las tropas más elitistas de Estados Unidos.
“Los documentos y las entrevistas además brindan la imagen más detallada hasta el momento de una oscura autoridad que permite a los comandos estadounidenses realizar operaciones antiterroristas ‘por, con y a través de’ las fuerzas asociadas extranjeras e irregulares en todo el mundo”, agrega.
La información básica sobre estas misiones es desconocida incluso para la mayoría de los miembros de los comités del Congreso pertinentes y el personal clave del Departamento estadounidense de Estado.
Uno de los documentos obtenidos por The Intercept calcula el costo de las operaciones 127e, realizadas entre 2017 y 2020, en 310 millones de dólares. Esto mientras fue asignado un presupuesto de 25 millones de dólares al programa cuando se autorizó por primera vez, con otro nombre, en 2005.
Entretanto, los críticos sostienen que, debido a la falta de supervisión, los programas 127e corren el riesgo de involucrar a Estados Unidos en abusos contra los derechos humanos y enredar a Estados Unidos en conflictos extranjeros sin que el Congreso y el pueblo estadounidense lo sepan.
Además, los críticos advierten que, además del riesgo de una escalada militar imprevista, algunas operaciones pueden equivaler a un uso ilegal de la fuerza.
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