"Según los cálculos de funcionarios y analistas occidentales, más de 150.000 militares ucranianos han muerto o han resultado heridos", señala la publicación. Al mismo tiempo crece el número de ucranianos que intentan evitar el servicio militar.
La publicación también señala que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, anunció que su Gobierno iba a destituir a todos los jefes regionales de reclutamiento militar del país para acabar con la corrupción, tras las múltiples revelaciones de oficiales que aceptaban sobornos de quienes querían evitar ser reclutados.
El rotativo estadounidense abundó que la fiscalía ucraniana había abierto 112 causas contra 33 funcionarios implicados en el reclutamiento, revelando casos de corrupción gubernamental que han asolado al país europeo.
Según el medio, "dos oficiales de reclutamiento han sido acusados en los últimos días de enriquecerse falsificando documentos que etiquetan a los hombres como no aptos para el servicio, en algunos casos cobrando 10.000 dólares por persona".
El 4 de junio, las fuerzas armadas ucranianas lanzaron una ofensiva en cinco sectores de la dirección sur de Donetsk y no lograron sus objetivos, destacaron desde el Ministerio de Defensa ruso.
Como subrayó el presidente de Rusia, Vladímir Putin, los intentos de avance de las tropas enemigas fracasaron: fueron detenidas y empujadas de vuelta a sus posiciones iniciales. El 4 de agosto, el Ministerio de Defensa ruso declaró que Ucrania había perdido más de 43.000 personas y más de 4.900 armas sólo desde el comienzo de la contraofensiva, entre junio y julio.
Rusia lanzó su operación militar especial en Ucrania en respuesta a la solicitud de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, para que se les preste ayuda frente al genocidio por parte de Kiev.
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