Los equipos de los sistemas móviles de misiles antibuque Bal y Bastion de la Flota del Mar Negro de la Armada rusa han llevado a cabo un ejercicio militar en dichas aguas para defender las bases navales de un ataque aéreo enemigo simulado en la zona, según ha informado la oficina de prensa de la Flota del Mar Negro.
“El personal detectó, comenzó a rastrear y destruyó objetivos aéreos enemigos simulados utilizando misiles antiaéreos y armas de artillería destinadas a defender a los barcos de todos los medios de ataque aéreo”, ha afirmado al respecto.
Estos juegos militares se producen en medio de un pico de tensión en la zona por la presencia de dos buques de guerra pertenecientes a la Sexta Flota de EE.UU., a saber, el USS Portes y el USS Mount Whitney, en el marco de la colaboración entre el país norteamericano y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Asimismo, el simulacro en cuestión se ha producido un día después de que, el presidente ruso, Vladimir Putin, enfatizase la importancia y la necesidad de modernizar las fuerzas aeroespaciales del país ante el avance de la OTAN hacia las fronteras de la Federación Rusa y el aumento de la presencia de la flota aliada en el Báltico y el mar Negro.
Las relaciones entre Moscú y el Occidente atraviesan un período de gran tensión a tenor de una serie de cuestiones, incluida la situación en Ucrania y la anexión de la estratégica península de Crimea a Rusia en 2014.
Moscú ha alertado en reiteradas ocasiones que cualquier violación de su territorio provocará una escalada de la situación y ha dejado claro que dará una respuesta contundente a cualquier acción provocativa que suponga un peligro para la integridad y la seguridad de las fronteras de la Federación Rusa.
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