Lo crearon el ingeniero José Carlos Rubio Ávalos y su equipo, quienes trabajan en la Sección de Innovación Tecnológica en Materiales de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
Este cemento podría usarse para iluminar carreteras, ciclovías o edificios. Sus aditivos especiales consiguen modificar las propiedades ópticas y volverlas fosforescentes.
“El cemento es un cuerpo opaco, no permite el paso de la luz al interior, debemos hacer un cambio en su microestructura para que permita el ingreso parcial de la luz hacia el interior y pueda tener este comportamiento”.
José Carlos Rubio.
Los aditivos que se incorporan al cemento crean un material semejante al vidrio, que permite el paso de la luz. Según cuánto aditivo se agregue, será el grado de luminosidad de la construcción.
El cemento luminoso tiene los mismos usos que el común. Su vida útil es mucho más larga que otros materiales luminiscentes, como pinturas o plásticos. Se alimenta de energía solar: absorbe la radiación ultravioleta del sol o las lámparas y lo convierte en luz visible al anochecer. Incluso en días nublados, el cemento absorbe energía y brilla en la oscuridad.
El proyecto se encuentra en su fase de comercialización. Su creador, José Carlos Rubio, ya va imaginando más productos derivados de este cemento de luz.
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| Ciclopista en Holanda con cemento luminiscente. |
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